Hace frío, llegan las vacaciones de Navidad y la ciudad se llena de planes o mejor dicho “planazos” que no podemos perdernos. En concreto, hoy vamos a echar un ojo a la propuesta del Museo del Prado.
Dada nuestra afición por los interiorismos exóticos y el orientalismo del XIX, comprenderéis que nos haya entusiasmado la idea de disfrutar de la exposición que el Museo del Prado nos ofrece hasta el 18 de marzo: ” Fortuny (1838-1874)”.
El Museo Nacional del Prado presenta una exposición acerca de Mariano Fortuny y Marsal (1838-74) a la que dedica sus dos salas más importantes en la ampliación del Museo.
Es la primera vez que el Prado aborda una exposición antológica de este destacado artista, considerado junto a Eduardo Rosales uno de los pintores españoles más importantes del siglo XIX, buena parte de cuyas obras maestras conserva gracias a los generosos legados de Ramón de Errazu y de Mariano Fortuny y Madrazo, hijo del pintor, y a compras realizadas por el propio Museo.
Mariano Fortuny, el artista español que tuvo una mayor presencia internacional en el último tercio del siglo XIX, fue un verdadero renovador en todas las parcelas del arte que cultivó. Casado con Cecilia, hija del también pintor Federico de Madrazo y hermana de su gran amigo Raimundo de Madrazo, de la que podemos ver estupendos retratos en esta exposición, fue un verdadero renovador en todas las parcelas del arte que cultivó.
En la pintura al óleo, su técnica precisa, colorista y brillante le permitió una nueva aproximación al natural, especialmente en la captación de la luz. En ello influyó su dominio de la acuarela, que le consagró como el gran impulsor de esta técnica en su tiempo, además fue un gran coleccionista, ya que sus viajes a Roma, Marruecos y su estancia en Granada fue recopilando objetos que después incluía en sus obras.
A pesar de su muerte a los 36 años, su estilo y el virtuosismo técnico de su obra lo definen como un gran pintor que marcó indeleblemente a toda una generación de pintores europeos. Cultivó una figuración preciosista, atenta a los detalles y juegos de luces, plasmada con asombrosa precisión mediante un toque de pincel aparentemente libre y espontáneo.
Os recomiendo encarecidamente que no os perdáis la conferencia de Javier Barón, jefe de Conservación de pintura del siglo XIX, antes de visitar el Prado, ya que nos da claves para que disfrutemos plenamente de la exposición.
¿Nos vemos en el Museo del Prado esta Navidad, en la Exposición Fortuny (1838-1874)?
Maria SJB
mariasjb
Imágenes cortesía Museo del Prado
Archivado en: cultura, Decoración, Planes con niños, Tendencias, Turismo