Cuando tenemos un dolor muy fuerte, la cercanía con nuestro seres queridos nos hace sentir un poco más aliviados. Pero esto no es tu percepción sentimental, es más bien una especia de placebo, según lo explica el estudio realizado por Pavel Goldstein, de la Universidad de Colorado.
Goldstein decidió estudiar el efecto del contacto humano, en relación al dolor físico, más precisamente en el momento del parto.
El estudio se fijo en las reacciones de 22 parejas, que simulaban el momento del parto en cuatro escenarios diferentes.
Las mujeres experimentaban el dolor de parto, mientras los hombres se situaban (según el tipo de prueba), afuera de la sala, en la misma sala pero sin tener contacto físico con su pareja, en la misma sala y tomando la mano de su pareja y, en el último caso, un extraño sostenía la mano de la mujer.
A partir de la frecuencia cardiaca de ambos participantes, se hizo evidente que, aunque el ritmo de ambas personas se sincroniza cuando están en la misma sala, cuando existe dolor físico de por medio sólo el contacto directo puede ayudar a disminuir la intensidad.
En lo que respecta a las parejas a las que se les permitió el contacto físico, el dolor disminuía, en comparación a las otras parejas, y era aún más evidente cuando el hombre tenía un nivel fuerte de empatía.
No cabe duda que hay cosas que se sienten, sin ser evidentes.
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