La investigación, publicada en la revista Current Biology, descubrió que los niños en riesgo de psicopatía en la edad adulta no encuentran la risa contagiosa.
Los escáneres cerebrales también mostraron que tenían una menor respuesta a la risa de otras personas. Ser indiferente y carecer de empatía está aparentemente relacionado con el desarrollo de la psicopatía en la vida adulta.
Los niños que no encontraron la risa contagiosa también mostraron una actividad cerebral reducida en áreas vinculadas a la cooperación con otros.
La profesora Essi Viding, autor del estudio, dijo:
"No es apropiado etiquetar a los niños psicópatas. La psicopatía es un trastorno de personalidad adulta.
Sin embargo, sabemos por investigación longitudinal que hay ciertos niños que tienen un mayor riesgo de desarrollar psicopatía, y se seleccionaron las características que indican ese riesgo."
Ella también dijo que estos niños experimentan el mundo y las interacciones de manera diferente:
"Esas señales sociales que automáticamente nos dan placer o nos alertan sobre la angustia de alguien no se registran de la misma manera para estos niños.
Eso no significa que estos niños estén destinados a volverse antisociales o peligrosos; más bien, estos hallazgos arrojan nueva luz sobre por qué a menudo toman decisiones diferentes de sus pares."