Esta foto no necesita mucha presentación y el Bosque de Oma, para la mayoría, seguro que tampoco.
Es un lugar al que había ido de pequeña y no había vuelto hasta hace unos meses que repetimos excursión.
A pesar de estar en pleno invierno, llover a ratos y ponernos de barro hasta las orejas, disfrutamos a tope y volvimos a casa con la sensación de haber estado en un sitio único. Y es que es así, esta obra de Agustín Ibarrola consiste en pintadas sobre la corteza de los pinos del bosque de Oma a principios de los 80.
Lo único, original y divertido para los peques es que los árboles forman conjuntos y dependiendo del lugar desde donde se observen componen figuras geométricas, humanas, animales...
El bosque animado, también recibe este nombre, está situado en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y más concretamente en una de las laderas del precioso Valle de Oma, en la localidad de Kortezubi y muy cerca de las Cuevas de Santimamiñe.
La visita al bosque es gratuita así que no hace falta llevar dinero, pero sí ganas de dar una buena caminata entre pinos y eucaliptos por una pista de unos 7 kilómetros, el coche se puede dejar en el parking que hay delante de las Cuevas y ahí empieza la travesía.
Para mí es una excursión preciosa para hacer una mañana con los críos, donde disfrutarán a tope buscando formas que se aparecen a su paso.
Muy cerca de allí hay varias cerveceras y por supuesto playas preciosas donde pasar la tarde.
Qué?, seguro que los que lo conocéis tenéis ganas de repetir y los que no..., venga... a qué esperáis?, os va a encantar!
Feliz Jueves!!