Ya había visitado en alguna ocasión esta maravillosa isla, pero no había tenido la oportunidad de descubrir muchos de sus rincones más interesantesy además Piolina aún no lo conocía. He de decir que a pesar de las elevadas expectativas, me ha sorprendido gratamente. ¿Os venís conmigo de viaje por el paraíso?
Vista del imponente volcán del Teide, Tenerife.
Antes de comenzar, quisiera agradecer a Lourdes (Rimel y Carmín) y su novio Kike por sus consejos, ayuda y por supuesto por su amistad. Al ser tinerfeños de pro, tanto ellos como sus respectivas familias nos ayudaron a tener un viaje maravilloso. ¡Muchas gracias!
Mucho más que sol y playa
Aunque el mayor reclamo que solemos escuchar sobre las islas es su agradable temperatura durante todo el año, Tenerife guarda muchos más secretos que simplemente playas y sol. El primer consejo que os puedo dar es que alquiléis un coche para poder recorrer la isla sin limitaciones y moveros fácilmente entre las ciudades, pueblos, montañas y diferentes parajes. Su precio, reservando por internet con antelación, es bastante bueno, así como el precio del combustible, mucho más barato que en la península u otros países de Europa.
Puerto de la Cruz
En la zona norte de la isla, encontramos esta ciudad, una de las más importantes de la misma. Con unos 30.000 habitantes es uno de los centros turísticos más importantes de Tenerife. Aquí encontraremos algunas de las atracciones turísticas más reconocidas, como es el Lago Martiánez, complejo de jardines y piscinas de gran belleza junto a un lago artificial de agua de mar. Todo el complejo fue diseñado por el gran César Manrique, y su visita es altamente recomendable, así como perderse por los alrededores.
Piscina dentro del complejo del Lago Martiánez.
Otra de sus más notables atracciones es el famoso Loro Parque, enorme zoo de más de 13 hectáreas que veremos anunciado por todas partes. Aunque no tuvimos tiempo de visitarlo, todo el mundo que lo ha hecho lo recomienda, con lo que seguro que merecerá la pena acercarse a verlo. Si lo nuestro es la playa, también podemos encontrar no lejos de aquí diferentes opciones, como por ejemplo la playa Jardín, que cuenta con la característica arena negra de las playas de Tenerife. Un simple paseo por las calles de la ciudad, para tomar algo en una terraza, comer o comprar productos típicos también merecerá la pena.
Playa Jardín, Puerto de la Cruz.
Valle de la Orotava, los Realejos y La Laguna
Siguiendo nuestro recorrido por el norte de la isla, encontramos distintas localidades de gran interés. En primer lugar, la Orotava, a escasos kilómetros de distancia del Puerto de la Cruz. Asentada en el valle del mismo nombre, cuenta con un gran desnivel así como riqueza y variedad de vegetación.
Ayuntamiento de la Orotava.
Los guanches habitaron esta zona de la isla siglos atrás, y por su calles podremos encontrar, aparte de enormes cuestas, preciosas calles y edificios. No puede faltar una visita a la famosa casa de los Balcones (donde podremos adquirir bonitos artículos artesanos de gran calidad). Además, en la Orotava se encuentra una de las carreteras por las que podremos acceder al Teide, del que os hablaré más adelante.
Casa de los Balcones en la Orotava. ¡No olvides comprar alguno de sus artículos de artesanía Canaria!
En la Orotava, tampoco os podéis perder el Liceo Taoro, donde aparte de sus jardines y bonitas vistas podréis degustar unos postres increíbles en el la reconocida "Casa Egón".
Casa Egón, en los jardines del Liceo Taoro.
Muy próxima a esta localidad, se encuentra los Realejos, desde donde también encontraremos muy buenas vistas al valle de la Orotava y una buena perspectiva de la isla, como podéis ver aquí.
Vista desde "El Monasterio", en los Realejos. Buena parada para tomar café o comer con inmejorables vistas.
En la zona noreste de la isla, también encontraremos una de las ciudad con más "vida" de la isla, San Cristóbal de la Laguna. Su condición de ciudad universitaria la dota de una juventud y ambiente muy especial. Además, aquí encontraremos grandes centros comerciales en los alrededores y un casco histórico de gran belleza, con numerosos lugares para comer "de tapeo", donde poder disfrutar de la exquisita gastronomía canaria.
Calle en el centro de La Laguna, Tenerife.
Para aquellos que quieran degustar platos de todo tipo, os recomiendo el reformado Mercado de San Marcos, donde encontraremos puestos de todo tipo de comida gourmet, muy al estilo del Mercado de San Miguel en Madrid (al menos a mí me recordó a éste). Un apunte importante, si venís por esta zona es probable que os encontréis temperaturas bastante más bajas que en el resto de la isla, ¡tened en cuenta los múltiples microclimas canarios!
Entrada al Mercado Gourmet San Pablo, en la Laguna.
Santa Cruz de Tenerife, playa de las Teresitas y Anaga.
Si continuamos un poco hacia el este, en el norte de la isla encontraremos la capital de la isla (así como de la provincia de Tenerife): la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. Contando toda la ciudad y alrededores, la población adscrita supone prácticamente la mitad de los habitantes de Tenerife (alrededor de medio millón sobre el aproximadamente millón total) y es, por tanto, uno de los lugares más importantes, que no nos podemos perder. Además, en toda esta zona el tiempo suele ser más amable que en la Laguna o la Orotava, con lo que incluso la opción de ir a la playa la podremos contemplar sin problema, como veremos ahora.
Plaza de España, con el Cabildo de Tenerife en Santa Cruz.
En primer lugar, la ciudad en sí nos dará la oportunidad de ir de compras por bonitas calles y plazas, visitar algunos museos o mercados y, en definitiva, disfrutar de las atracciones que solemos encontrar en toda ciudad de cierta importancia y tamaño. Especialmente recomendado está pasar por el mercado de Nuestra Señora de África, donde nos podremos mezclar con los lugareños y comprar algunos productos típicos canarios a buen precio. Otra opción para los amantes de bares y locales similares es la calle La Noria y sus alrededores, lleno de locales y mucho ambiente.
Mercado de Nuestra Señora de África, Santa Cruz de Tenerife.
Saliendo de la ciudad, pero no demasiado lejos, tenemos dos auténticas atracciones "top" de la isla. La playa de las Teresitas es una de las más conocidas de Tenerife. Su principal peculiaridad es que es de las pocas de la isla que tiene arena blanca, aunque tiene truco: en el año 1973 se trajeron más de 270.000 toneladas de arena blanca del desierto del Sáhara para crear esta maravillosa playa, muy turística y apreciada.
Playa de las Teresitas, con su característica arena blanca. Al fondo, Anaga.
Pero si algo destacaría por encima del resto en la parte más al norte de Santa Cruz es el Macizo o Montañas de Anaga, un impresionante complejo natural de montañas de espesa vegetación, al que podremos acceder por carretera. Eso sí, cuidado al conducir por estas estrechas carreteras, llenas de curvas. Mi consejo: planificad con tiempo, disfrutad de los preciosos parajes y parad en los miradores para poder contemplar todas las maravillas que la naturaleza os ofrece. Aquí tenéis un ejemplo.
Vista desde uno de los miradores que encontraremos en Anaga. Bonito, ¿verdad?
Durante el recorrido, encontraremos además pequeños pueblos y algunas playas de gran belleza, que nada tienen que ver con la anteriormente mencionada playa de las Teresitas u otras "turísticas". Entre ellas me gustaría destacar personalmente la playa de Benijo, pequeña y ubicada bajo un acantilado. Aunque cuando la visitamos el tiempo no acompañaba demasiado, se adivina su singular belleza, y es espectacular para contemplar un atardecer cuando las condiciones meteorológicas así lo permiten.
Playa de Benijo, en Anaga.
Ascensión al volcán del Teide.
Aunque sea un tópico y algo que todos los turistas hacen, mi mayor ilusión en esta ocasión era visitar el famoso volcán, algo que no había podido hacer con anterioridad, y os puedo asegurar que es una de las experiencias que merece la pena disfrutar al menos una vez en la vida. Con sus más de 3700m de altura, este coloso es la montaña más alta de toda España.
Entrada al Parque Nacional del Teide.
Para ascender hasta la base del volcán, donde se encuentra el Teleférico, tenemos varias opciones entre las carreteras que hasta allí conducen, atravesando el parque nacional del Teide. Mi consejo personal es que no hagáis la ida y la vuelta por el mismo camino, sino que subáis y bajéis por sitios distintos. En nuestro caso, la ascensión la realizamos desde la zona de Arafo, en el este de la isla, y el descenso por la cara sur, por Vilaflor. En el ascenso, aunque nos encontramos nubes al inicio pudimos dejar las nubes tras nosotros y contemplar el Teide parcialmente nevado (como podéis ver en la imagen que abre este post). Destacar que al contrario que en otras zonas montañosas de la isla, las carreteras para acceder al Teide son anchas y cómodas.
El Parque nacional del Teide, durante la subida nos regala vistas como esta.
Al llegar a la zona donde se asienta teleférico, podremos aparcar nuestro coche muy cerca del mismo, no sin antes dejar atrás el observatorio de Izaña. Aunque el precio del teleférico es algo elevado (26??? por persona), no podéis dejar de subir. Es importante que llaméis antes para saber si el teleférico está abierto (los fuertes vientos ocasionales pueden hacer que esté cerrado). La base del teleférico se encuentra a unos 2500m de altura, y la estación superior a 3500m: 1km aproximado de subida que completaremos en tan solo 8 minutos. Aquellos que tengáis vértigo no os preocupéis: no creo que tengáis más que yo y aún así la estabilidad y suavidad de este curioso medio de transporte no nos dará ninguna sensación de miedo o vértigo y sí unas magníficas vistas.
Base del teleférico arriba. 3500m de altura, ni más ni menos...
Es importante equiparse adecuadamente para la ascensión: arriba en un día muy soleado la temperatura era de 8 grados, y en muchas ocasiones (especialmente en invierno) puede que éstas caigan bastante por debajo de 0 grados. También es imprescindible que el calzado sea apropiado para caminar por suelos pedregosos (botas o similar). Una vez arriba, podemos realizar diversas rutas. A la cima sólo podremos llegar si previamente hemos solicitado el permiso pertinente (de hecho, os recomiendo visitar la web del parque nacional para poder planificar vuestra visita al volcán de la mejor manera). En nuestro caso, hicimos una de las otras dos disponibles, que nos lleva al mirador de Pico Viejo, desde donde podremos contemplar unas maravillosas vistas e incluso divisar las islas de la Palma, la Gomera o el Hierro.
La Gomera se vislumbra entre las nubes. Al fondo, casi imperceptible, se ubica el Hierro. Vistas desde el mirador del Pico Viejo.
Las isla de La Palma se puede apreciar claramente desde el mirador del Pico Viejo.
Al caminar por aquí hay que tener en cuenta la falta de aire debido a la altura y el olor a azufre que impregna el ambiente, especialmente las zonas donde las fumarolas del volcán expulsan un humo que contiene este material de tan característico olor. Por tanto, no nos recomiendan pasar más de una hora en la montaña. Pasado este tiempo, y con el alma reconfortada ante tamaña maravilla natural, cogeremos nuestro teléferico de vuelta a la base.
Descenso en la cabina del teleférico. Al fondo se puede ver el parking y los numeroso coches aparcados. ¡En menos de 10 minutos llegamos abajo!
Tomando de nuevo el coche, en el descenso hacia Vilaflor, atravesaremos los conocidos Roques de García, tan característicos en nuestros ya desaparecidos billetes de mil pesetas, y que podéis ver aquí con el Teide al fondo.
Famosa instantánea en Roques de García, en el Teide.
Al completar el descenso por Vilaflor pasaremos también por uno de mis lugares favoritos del parque nacional del Teide: el llano de Ucanca. Toda esta región, al igual que el denominado paisaje lunar, nos llevará literalmente a otro planeta: parecerá que hemos dejado la Tierra para viajar a otros planetas o satélites a miles de kilómetros de aquí.
Llano de Ucanca. ¿En qué planeta me he perdido?
Y de momento dejamos aquí nuestro viaje, pero se trata de un punto y seguido, ya que en el próximo continuaremos con nuestra visita por el paraíso tinerfeño. Y vosotros, ¿ya conocéis esta maravillosa isla? ¿Cuál es vuestra zona favorita?
Un saludo a todos, ¡y hasta el próximo viaje, donde aún descubriremos nuevos secretos de Tenerife!
El viajero