La colección de Carmen Thyssen procede principalmente de la herencia que obtuvo tras el fallecimiento del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza. Un conjunto de 429 lienzos integrado en su núcleo central por obras de Canaletto, Fragonard, Courbet, Boudin, Monet, Sisley, Renoir, Degas, Gauguin, Rodin, Matisse, Picasso o Kirchner. En un principio, la colección se componía de 655 obras, una cifra que se ha ido reduciendo con el paso de los años con el traslado de las pinturas españoles al Museo Carmen Thyssen Málaga, al Espacio Carmen Thyssen de San Feliú y al Museo Carmen Thyssen Andorra.
El 15 de febrero de 2002 se formalizó el depósito de la colección de forma gratuita con un contrato de cesión por once años. Desde entonces, el mantenimiento, estudio y conservación de las obras han corrido a cargo del Estado y han supuesto una revalorización permanente. Al mismo tiempo, el pasado mes de octubre, el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes otorgó garantía de Estado hasta el 31 de mayo de 2019 a las obras al conjunto de la baronesa Thyssen asegurándolas en 416,7 millones de euros. El objetivo principal es que las obras estén aseguradas al menos 30 días en el caso de que las negociaciones no lleguen a buen puerto y tengan que ser trasladadas a otro emplazamiento.
Una colección valorada en mil millones de euros
Las condiciones de Carmen Thyssen en las negociaciones pasan por un acuerdo a largo plazo (15 o 20 años), con una mayor movilidad para sus cuadros y que el Estado acepte la valoración de la colección que, según la aristócrata, alcanza los mil millones de euros. El anterior acuerdo autorizó a la baronesa a vender hasta el 10% de su colección, una posibilidad que aprovechó para vender en 2012 una de las joyas del conjunto: La esclusa, de John Constable que fue subastada en el Christies de Londres por 27,89 millones de euros.
El próximo mes de marzo, la baronesa, a través de sus abogados, el ministro de Cultura, José Guirao y la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, volverán a sentarse para intentar cerrar un acuerdo para que la colección permanezca en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza durante los próximos años. Unas negociaciones en las que la amistad entre Calvo y la baronesa, que se remonta a los tiempos en la que la primera era ministra de Cultura con Zapatero, puede ser decisiva. Imagen (Máx. 20Mb)