Lee la fábula para niños El Manguito, el abanico y el quitasol de Tomás de Iriarte, comprende las enseñanzas de su moraleja final y descubre también alguna curiosidad sobre la vida y la obra de su autor, Tomás de Iriarte. Si quieres, puedes dejar que nuestro lector automático lea esta fábula para ti, disfruta gratis del placer de la lectura de El Manguito, el abanico y el quitasol.
El Manguito, el abanico y el quitasol
Si querer entender de todoes ridícula presunción,
servir sólo para una cosa
suele ser falta no menor.
Sobre una mesa, cierto día,
dando estaba conversación
a un Abanico y a un Manguito
un Paraguas o Quitasol.
Y, en la lengua que en otro tiempo
con la Olla el Caldero habló,
a sus dos compañeros dijo:
– ¡Oh, qué buenas alhajas sois!
Tú, Manguito, en invierno sirves;
en verano vas a un rincón.
Tú, Abanico, eres mueble inútil
cuando el frío sigue al calor.
No sabéis salir de un oficio.
Aprended de mí, pese a vos,
que en invierno soy Paraguas,
y en el verano, Quitasol.
Fin de El Manguito, el abanico y el quitasol de Tomás de Iriarte.