Mark Boyle, el economista que vivió sin dinero
Boyle se armó de valor y lo dejó todo con la intención de luchar contra el sistema y disfrutar de una vida sin lujos.
Consiguió una caravana de segunda mano entrando como voluntario en una granja orgánica. Pero no vivía incomunicado. Puso paneles solares en la parte superior del convoy para alimentar su ordenador portátil, usaba madera que cortaba o recogía para calentarse, se bañaba en el río y utilizaba periódicos en lugar de papel higiénico.
Para comer: cultivaba, recogía la comida de la naturaleza, vivía de trueques o comía de los desperdicios de los supermercados. Su medio de transporte era la bicicleta; para el alumbrado de casa utilizaba velas de cera de abeja.
Boyle fuera de la caravana
Irónicamente, fue la época más feliz de su vida. Supo que la amistad y no el dinero es la verdadera seguridad. Que la mayoría de la pobreza de Occidente es espiritual y que la independencia es realmente interdependencia (necesidades creadas). Boyle asegura que la sociedad del despilfarro tira demasiados alimentos en buenas condiciones, cree que el modelo actual es insostenible y que hay otro modo de hacer las cosas.
Su historia está documentada en su propio libro The Moneyless Man (2010) [El hombre sin dinero]. Se trata de una guía para conocer cómo alguien puede vivir sin dinero en un mundo que está diseñado para absolutamente lo contrario.
La historia de Mark en "Vivir sin dinero"
Mark Boyle renunció al dinero y a nuestros habituales lujos durante un largo tiempo pero, ¿podrías vivir así? ¿Qué ocurriría si todos hiciésemos lo mismo? Lo de este hombre tiene un mérito enorme.