La efigie rememora el encuentro entre civilizaciones en el que europeos y americanos se enteraron, cada uno, de que el otro existe, luego de que Cristóbal Colón perdiera el rumbo en un viaje comercial hacia la India.
Sentado sobre un trono adornado por lo que parecen ser plumas y sedas de colores entre los que predomina el rojo, con una corona en la cabeza de la que emergen en dirección al cielo un par de plumas de amarillas, cubierto por un manto de piel que asemeja una rubia cabellera larga, ataviado con pulseras doradas en muñecas y tobillos y calzando en sus pies unas zapatillas tejidas en lo que parece ser oro, al antiguo emperador se le observa una mirada severa que se posa firme sobre Francisco Pizarro.
La escena representa la primera entrevista entre el conquistador extranjero y el soberano inca en Cajamarca, en el año de 1532, durante las expediciones guerreristas españolas que colonizaron lo que hasta entonces se conoció como Abya Yala y que luego pasaría a llamarse América.
Cristóbal Colón presentando a los indios americanos ante los reyes de España. Foto: Museo de Cera de Madrid
Cada año se recuerda la llegada de los españoles a América como uno de los episodios más importantes en la historia de la humanidad, pues marcaría el aparecimiento de un nuevo continente en la cosmovisión eurocéntrica, y la destrucción de varias de las civilizaciones más avanzadas que habitaban los territorios amerindios precolombinos.
En la figura de cera, al inca se lo ve sujetar con su mano izquierda un cáliz dorado con la representación frontal de Inti, el dios sol al que los antiguos veneraban por los beneficios otorgados en la agricultura que alimentaba a los pueblos. En la mano derecha, en cambio, sostiene una calavera.
Frente a él está Pizarro reposado con su casco de guerra, una capa azul le cubre traje y armadura mientras sostiene una espada sobre el regazo, en la que reposan listas sus manos ante la presencia del hijo de Huayna Capac.
En la misma galería hay también otra escena en la que se ve a Cristóbal Colón presentar ante sus reyes a varios indígenas conquistados, de rodillas frente a los monarcas, al tiempo en que les ofrendan los productos de su tierra: frutas, pieles, animales y joyas.
Esta es una de las más de 450 representaciones en cera que contiene dicho museo, en el que se encuentran personajes universales de la cultura, historia, ciencia, arte, política, deportes y ficción.
Estas estatuas forman parte de un recorrido en que se puede observar a personajes universales de la cultura como Orson Welles, Ortega y Gasset o Pablo Picasso; de ficción como Darth Vader o Jack Sparrow; de política como Barack Obama, Hitler o el papa Francisco; del arte como Michael Jackson o Salvador Dalí; del deporte como Michael Jordan o Cristiano Ronaldo, e incluso de los personajes de la familia Simpson.
Guglielmo Marcono (izq), quien patentó la radio en 1897 y Thomas Alva Edison, inventor del foco. Foto: Museo de Cera de Madrid
El museo fue inaugurado el 14 de octubre de 1972. En él trabajan escultores, maquilladores, diseñadores de vestuario, decoradores e iluminadores. Cristóbal Colón fue la primera de más de 450 figuras que habitan sus cerca de 2.000 metros cuadrados.
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