No necesitaremos tomar apuntes para seguir la trama de esta película narrada a tres bandas que nos ofrece un adentramiento muy personal a un género bélico que Nolan reinventa. El realizador inglés consigue un espectáculo directo de menos de dos horas, visualmente demoledor, y que a base de efectos tradicionales nos mantiene en tensión continua, lo cual fomenta la magnífica y abrumadora banda sonora de Hans Zimmer. Además, los personajes también cuentan, sufriendo sus propias luchas internas en las que importa más lo que hacen que lo que dicen. Buen cine que huye de lo evidente y el dramatismo, donde el entretenimiento no está reñido con la épica ni con la enorme calidad técnica y narrativa que desprende.
Mi puntuación: 9/10