A eso de las nueve de la mañana tocaron al timbre: "¿Quién será a estas horas?", grité desde la cama. Para mi sorpresa era una mujer encantadora con una bandeja ideal en las manos. "¡Zorionak Patri! Que lo disfrutes", me dijo. Aquello era mi desayuno. ¿En serio?, flipé.
La artista que había preparado mi desayuno sorpresa a domicilio es Nora, la misma mujer encantadora que me lo entregó y la persona que está detrás del estudio de diseño y decoración de eventos La Belle Place.
El desayuno estaba en una bandeja de madera roja, cuidando hasta el mínimo detalle, y acompañado de un ramo de flores.
Zumo de naranja natural, café, pan tumaca (con lo que me gusta), dos enormes galletas con trocitos de chocolate y una mini tarta deliciosa. Tengo que reconocer que el jamón estaba delicioso, ¡todo lo estaba!
Mi chico, Gaizka, se sintió tan afortunado como yo. De rebote él también disfrutó del pedazo de desayuno. "Con amigas así da gusto", me decía. ¡Vaya morro que tiene!
No pudimos acabárnoslo todo, hoy seguía saboreando la mini tarta de chocolate. Por favor, que no se acabe nunca.
Y por último, esta fue la nota que acompañaba mi desayuno sorpresa. Jamás podré expresar lo afortunada que me siento. Tengo la gente más bonita que se puede desear a mi lado y cada año que pasa tengo que celebrarlo, claro que sí, porque siguen ahí haciéndome sonreír y sorprendiéndome. Ojalá que nunca me falten.
Os quiero, chicas.
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