Sharkwater es una película documental dirigida por Rob Stewart que pretende no sólo desmitificar el mito de los tiburones asesinos, sino que, además, nos demuestra que sin ellos el ecosistema marino sufrirá un grave desequilibro.
Los tiburones son animales que han sobrevivido a la extinción de los dinosaurios. Llevan más de 450 millones de años en el planeta Tierra… y el hombre está a punto de tirar por la borda (y nunca mejor dicho) toda su evolución.
La película está rodada en vídeo alta definición en lugares como Costa Rica e islas Galápagos. Sharwater rompe con todos los estereotipos de los escualos y demuestra la enorme industria que hay detrás de estos magníficos animales.
Aunque la cinta comienza siendo un placer para la vista, poco a poco se va convirtiendo en una crónica durísima sobre el actual estado del tiburón, denunciando el abuso de muchos países que presumen de tener reservas marinas protegidas. Stewart enseña cómo más de 100 millones de tiburones son cazados al año simplemente para satisfacer la demanda de la conocida sopa de aleta de tiburón, cuyas milagrosas propiedades están cada vez más discutidas.
Sharkwater no sólo es un documental de denuncia, también es un magnífico escaparate para contemplar estas criaturas en su ambiente habitual.
Este es el ‘making off’: