No sabemos cómo lo hacen ahora, pero nos enteramos que hace algún tiempo, a mediados de los ochenta para ser exactos, la princesa Diana, salió de fiesta con Freddie Mercury a un antro gay y para pasar desapercibida se disfrazó de Drag Queen.
La actriz Cleo Rocos reveló en su libro The Power of Positive Drinking, que en una reunión con el comediante Kenny Everet, Mercury y la princesa de Gales les pasaron las copas y decidieron seguirla en el Royal Vauxhall Tavern, uno de los bares más populares del momento y el que cada fin de semana era escenario de peleas.
Al principio, no estuvieron de acuerdo con que Diana los acompañara, pero Mercury los convenció: “Vamos, deja que la niña se divierta” y para que pasara desapercibida, el grupo la disfrazó con el atuendo que Everett usaría esa noche: chaqueta militar, gafas de sol de aviador y una gorra de cuero.
El público estaba tan distraído con la presencia de Mercury, que nadie notó que su acompañante era la Princesa Diana. El momento duró poco, escasos 20 minutos y luego regresaron al palacio de Kensington.
Mercury y Everett murieron a causa del SIDA a inicios de los 90, en tanto que Diana se convirtió en embajadora de la fundación National AIDS Trust, para promover la concientización sobre el VIH.