En monte Nemrut, al sureste de Turquía, a unos 2.000 metros de altura se encuentra la pequeña ciudad de Kâhta, alli podrás descubrir los restos de una riqueza fabulosa. En lo alto de la cima del Monte hay una enorme y poco visitada necrópolis, hogar de los dioses decapitados del pasado.
Este es uno de los yacimientos arqueológicos más singulares y desconocidos de Turquía. Sesenta y dos años antes del nacimiento de Cristo, el rey Antíoco, ordenó la construcción de un enorme santuario edificado en su honor. El lugar lleno de enormes estatuas, una de si mismo, otras de dioses y también de algunos míticos animales.
Ahí conviven Hércules, al igual que Zeus, Tyche y Apolo. Sus nombres fueron inscritos en ellos, así como también sus homólogos iraníes y armenios: Vahagn, Aramazd y Ahura Mazda.
El monte se encuentra coronado por decenas de estatuas de la tumba del rey Antíoco, las estatuas fueron talladas en roca caliza y sólo quedan sus cabezas.
Los restos arqueológicos, fueron considerados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y se excavaron en 1881 por el ingeniero alemán Charles Sester.
Los turistas visitan Nemrut de junio a agosto, pero actualmente, las estatuas no se encuentran en su posición original. Las condiciones climáticas no son muy favorables, ya que el monte Nemrut se halla en una zona de frías temperaturas en invierno, hasta 40º bajo cero, y muy calurosas en verano, lo cual han erosionado las estatuas y por ello estas piensan ser trasladadas a un museo.