I´m Currently Loving septiembre
Hola a todos y bienvenidos un día más. ¿Qué tal ha ido el finde? El mío muy bien, he tenido de todo, descanso, sol, manualidades...compartí alguna cosita en facebook.
Hoy vengo con una sección que lleva en el blog ocho años, y aunque al principo eran post muy cutres (podéis ver el primero aquí) son un gran ejercicio para mí. Al mirar ea primera entrada para poner el enlace, he recordado con claridad todos esos momentos que os muestro, esa foundie de chocolate, la lusión que ponía para preparar Halloween, la tarde en el lavadero... En aquella etapa yo era muy feliz, tenía a toda mi familia y estaba en un momento muy bueno, y lo valoraba, pero ahora, al ver las fotos y recordar esa época, lo valoro aún más.
Ta,bién os dejo el repaso de septiembre de otros años, están aquí, aquí aquí, aquí, aquí y aquí.
Antes de empezar aclaro que todas las fotos las he hecho yo, están sin editar porque es para recordar el momento y son hechas en el mes del post, en este caso septiembre. Y ahora, sin más rollo, empezamos.
Septiembre ha sido un gran mes, aunque hemos tenido algunos altibajos que esperamos solucionar pronto. Hemos aplazado nuestra escapada para octubre, pero no nos importa porque hemos exprimido el mes, no hemos hecho de septiembre un tiempo de espera. Hemos pasado muchos días de relax en la finca, a veces en familia compartiendo risas, otras veces en pareja, unos días volviendo a casa en coche y otros bajando en moto al anochecer, y también hemos saboreado la compañía perruna. Hemos tenido conciertos, paseos por la ciudad, excursiones...
Empiezo con este árbol hecho con botellas de sidra que se ha convertido en un emblema de la ciudad, y que lo he puesto muy poco por aquí. Al atardecer está especialmente bonito.
Y la colegiata que está ahí cerquita es también muy interesante. He ido bastantes veces pero la mejor ha sido el día de la foto, que pudimos ver ahí un concierto de mis hijos muy bonito y emotivo.
Algunos días nos fuimos a la finca y pasamos la mañana entretenidos con jardinería, para tener en casa muchas plantas aromáticas.
En una esquina del huerto pusimos un columpio. Desde ahí veo la ciudad, y el mar, y me pierdo cuando necesito escaparme unos minutos del presente, para volver renovada porque siempre es bueno tener un sitio para reconectar, o como me gusta decir, para desconectar y así volver a conectar.
Los escaparates se vuelven muy elegantes con llega el otoño, rezuman calidez.
Este mes paseamos alrededor de distintas iglesias, todas bonitas e impresionantes. Algunas son chiquitas y recogidas.
La lluvia nos deja estampas preciosas.
El otoño está en todas partes, su exhuberancia es un regalo.
Estos toros disfrutan del sol, ya se han acostumbrado a nosotros y nos reconocen. Son adorables.
Aunque me gusta ir a establecimientos modernos, los de antes tienen mucho encanto, así que a veces nos dejamos caer para tomar un chocolate con churros en este sitio tan entrañable.
Y seguimos con las iglesias, en esta ocasión con una preciosa y grande, merece la pena visitarla, su entorno es privilegiado.
Las flores siguen estando presentes en otoño, no son tan coloridas como en primavera pero siguen siendo bonitas.
Podría pasarme horas viendo a los caballos acercarse cuando la niebla empieza a bajar. Cuando la bruma es tan densa que apenas vemos y la noche está a punto de caer me imagino que están cerca los wendols.
Siempre, siempre, paseamos por el puerto deportivo al atardecer en septiembre, es una especie de tradición.
Adoro ver las caserías asturianas, con sus hórreos, en días brumosos y con lluvia. Es realmente bucólico.
Pronto llegarán las manzanas, y ya estamos con los higos, las nueces y las últimas moras, así que hay que preparar el azúcar para hacer recetas ricas y apetecibles.
También podemos recolectar saúco, que no entiende que ya es otoño y se resiste a irse.
Desde la adolescencia me gusta hacer fotos a bicicletas, empecé en Holanda y ya no pude parar. La que traigo estaba en un parque al que voy cada año a ver un árbol de frutos rojos, que creo que es un madroño.
Ahora vengo con la última iglesia, la que forma parte de la historia de mi familia.
Me encanta este prado, ya ha salido otras veces. El edificio de la izquierda, el color salmón con detalles en granate, es un antiguo cine. Yo he estado dentro bastantes veces pero ya no era cine, era una parrilla.
Los cielos que nos regala septiembre son espectaculares, y si tienen el rastro de un avión, más.
Los lectores habituales ya conocéis mi pasión por los lavaderos, a este en concreto voy desde muy pequeña y en otoño está muy bonito.
Y ya que estamos, nos perdemos por el río.
Algunas mañanas nos dedicamos a pasear sin prisa, intentando capurar esos rayos de sol que jugueteaban traviesos entre los árboles.
Y septiembre se fue, con sus altibajos y sus grandes momentos, con la sensación de comienzos y también con impresión de finales. Ahora llega octubre y solo puedo pedir que sea muy bueno para todos. Por eso, porque quiero que a todos nos vaya muy bien, cerremos los ojos, pidamos un deseo y soplemos.
Mil gracias por leerme y nos vemos el miércoles con algún truco.