Su clima es continental por lo que se dan inviernos muy fríos y veranos cálidos. Es por ello que la estampa clásica en Navidad es la de una ciudad cubierta por la nieve, con una temperatura media de -1ºC en los meses de diciembre y enero.
Este es un país que ama disfrutar de estas festividades navideñas. La llegada del famoso Papá Noel, o mejor dicho, 'Mikulás' o también conocido como 'Télapó', entrega sus regalos sobre los zapatos de los niños que se han portado bien el día 6 de diciembre.
Muchos son los puestos que llenan las plazas de todo el país, destacando el famoso 'Mercado de la Navidad' de Budapest, así como los de las ciudades de Sopron o Pécs. A ellos les siguen los puestos de comida caliente y espectáculos al aire libre.
Como en todo centro Europa, su música clásica sobresale por una enorme calidad. Una estupenda actividad es ir a una de las iglesias y catedrales para disfrutar de sus conciertos. En las grandes plazas también se pueden escuchar asombrosas piezas realizadas por artistas callejeros.
En los días cercanos a nochebuena es común ver a muchas familias atareadas intentando encontrar el mejor árbol para llevar a sus hogares. A diferencia de otros países, en Hungría se suele escoger el pino y el abeto, siempre naturales. Serán decorados el día 24, que es considerado fiesta nacional y todos los comercios permanecen cerrados o abren durante muy pocas horas, así como restaurantes y transportes.
Los platos que podemos encontrar en Hungría son sabrosos y cálidos para ayudar a mantener la temperatura corporal. Su gran variedad de sopas, incluyendo el exquisito 'goulash', tiene un importante papel en Navidad, combinándolos con una gran selección de pescados y carnes.
Concretamente el día 24 se toma sopa de pescado, generalmente carpa, con patatas y pavo asado. Al día siguiente el guiso será de carne con verduras. También es originaria de este país la 'tarta dobos'. Este bizcocho más que dulce consta de cinco capas de crema de chocolate recubiertas con caramelo.
La cena de Nochevieja está reservada para la carne de cerno con salchichas y panecillos. A continuación, comienza una gran fiesta que se realiza en compañía de las amistades. Ya entrada la madrugada es común tomar la famosa 'sopa del trasnochador', ideal para reponer fuerzas.
Por último, el primer día del año se almuerza lentejas y de postre, dulces de amapola o nueces en forma de beigle, originario de Alemania. Según cuenta la tradición este manjar asegura la abundancia y la protección contra malos deseos.
¿Te gustaría pasar la navidad en este hermoso país?
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