Carmen Mola (pseudónimo). Publicada por Alfaguara Negra, 2018.
Si te gusta el suspense, el thriller y tienes un estómago más o menos fuerte, esta novela es para ti. Y advierto, engancha.
Elena Blanco es la inspectora jefe de la Brigada de Análisis de Casos, grupo especial de la Policía Nacional encargada de resolver crímenes complicados como el que se desarrolla en la novela; el truculento caso de Susana Macaya, una joven gitana que es asesinada el día de su despedida de soltera y del mismo horrible modo que lo fue su hermana hace años y cuyo asesino se encuentra en la cárcel cumpliendo prisión.
El equipo de Elena, se enfrentará a distintas teorías y sospechosos en un Madrid actual. Y mientras tratan de encontrar al asesino, se nos van desvelando pinceladas de la complicada personalidad, y pasado, de la inspectora.
Mientras la leía y al acabarla, no he podido evitar la comparación con Reina Roja o Loba Negra, cuyas reseñas tienes en el blog. Ambas tienen una mujer especial como protagonista y personajes secundarios muy similares, pero sin duda La novia gitana tiene ese toque “gore” que la hace distinta.
Por otro lado, al más puro estilo de Agatha Christie, la autora (o autor, pues es un pseudónimo y nadie conoce su verdadera identidad) hace que sospechemos de unos, de otros, los descartemos y volvamos a sospechar, en una historia que transcurre con bastante velocidad y que tiene un final, que desde luego, no te deja indiferente.
La continuación de La novia gitana es La Red Púrpura y sin duda será una de mis próximas lecturas.
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