La calzada del Gigante, es una isla ubicada a 4.8 kilómetros del Condado de Antrim, en Irlanda del norte. Proclamada por la Unesco como “Patrimonio de la Humanidad” en 1987, guarda bajo su naturaleza miles de sorprendentes rocas volcánicas apiladas una encima de la otra, tal como si fuese una obra hecha por el hombre.
Descubierta en 1963, la Isla fue bautizada bajo el nombre “The Giants Causeway” debido a una famosa leyenda irlandesa que cuenta la batalla entre dos gigantes. Si bien las formaciones rocosas son impresionantes, científicos afirman que son en realidad producto de lava seca, proveniente de una caldera volcánica que se debió desactivar hace más de 60 mil años atrás.
La leyenda de los dos gigantes
Hace muchos siglos atrás, un noble gigante irlandés, vivía junto a su esposa en una isla al norte de Atrim. Su nombre era Finn MacCool. Era conocido por su temperamento suave y agradable. Dedicaba su vida a cuidar sus tierras y a complacer a su esposa Oonagh. Todo en sus vidas parecía estar bajo control. Eran felices y juntos lograban un equilibrio maravilloso.
Finn MacCool, era un gigante apacible y amable, pero todo cambiaba cuando se asomaba la presencia de Benandonner, un gigante escocés conocido como “el gigante rojo”. De temperamento fuerte, irritable y posesivo, quería adueñarse de todas las islas que lo rodeaban, por lo que inició una guerra con Finn MacCool.
Ambos se lanzaban enormes rocas, pedazos de tierra y troncos de árboles enormes. Sus gritos e insultos se convertían en fuertes vientos huracanados y olas de más de 50 metros. Las peleas no cesaban. Se había convertido en una competencia de quién era el más fuerte.
En una oportunidad, Fin MacCool sumergido en la rabia e impotencia, levanto una roca y con ella se trajo un gran pedazo de tierra de su isla, dejando un hoyo en la mitad que posteriormente se convirtió en el lago Neagh.
Candado de pelear con piedras y troncos, Benandonner retó a Finn MacCool a un enfrentamiento cara a cara. Decidido a ganar, Fin MacCool comenzó a lanzar grandes piedras al océano que le sirvieran como puente para llegar hasta Benandonner. En la mitad del camino, vio la silueta de su enemigo. Si bien ambos eran gigantes, advirtió que el gigante rojo era muchísimo más grande que él.
Acobardado y petrificado, decidió devolverse a su isla en busca de refugio. Al llegar, le contó a su esposa lo que había sucedido y le explicó que había puesto sus vidas en riesgo por una tonta pelea de territorio.
Oonagh, en lugar de discutir, se le ocurrió una idea brillante. Tal como su esposo se había acobardado por el tamaño del gigante rojo, él también se asustaría si se diera cuenta de que sus dimensiones eran minúsculas en comparación con su contrincante.
Segundos antes de que Benandonner llegara a la isla, escondió a su esposo en una cuna gigante y lo acobijó como si fuese un pequeño bebé. Al llegar el gigante rojo a sus aposentos, le explicó que Finn MacCool no se encontraba en casa, pero llegaría pronto. A cambio de su paciencia, le ofrecería una cena.
Mientras comía, Benandonner sintió un terrible dolor en la garganta, al reclamar, Oonagh le explicó que su esposo solía comer sus panes rellenos de metales. Avergonzado por haberse quejado, el gigante rojo se quedó en silencio.
Hasta que una masa enorme llamó su atención. Un enorme bebé se escondía en una cuna a mitad de la sala, al notarlo Oonagh le explicó que era el hijo que había tenido con Finn MacCool. Bernandonner entró en pánico. Si ese era el hijo ¿cómo sería el papá? Atemorizado decidió huir.
Mientras corría por su vida, rompió en mil pedazos cada una de las rocas que había posicionado Finn MacCool con el propósito de evitar futuros encuentros con él. Nadie podría pasar entre las dos islas. Y fue así como se mantuvo la paz entre ambos gigantes, los dos cegados por el miedo decidieron rendirse y vivir alejados para siempre.
¿Cómo visitar “La calzada del gigante”?
Gracias a la leyenda y a la sorprendente naturaleza, “La Calzada del gigante” se convirtió en uno de los lugares más turísticos de Irlanda. El lugar es de muy fácil acceso, cuenta con rutas en las que se puede llegar en automóvil, pero los guías turísticos recomiendan que se recorra caminando puesto que las vistas son excepcionales.
Para más información, puedes ingresar en el sitio web oficial de “la calzada del gigante”.