Bosnia-Herzegovina es un actual estado surgido tras la independencia de Yugoslavia en 1992. Debido a los continuos conflictos ocasionados en décadas pasadas, a día de hoy, sigue siendo un paraíso por descubrir. Sin embargo, con el paso del tiempo y sus relaciones con la Unión Europea, el país comienza a obtener cierta estabilidad y seguridad, permitiendo disfrutar de sus muchas maravillas.
Si por algo destaca, sin duda, es por su sorprendente naturaleza, siendo uno de los mejores destinos para practicar el turismo ecológico. De hecho, su geografía está salpicada de densos bosques gracias a territorios como los Alpes Dináricos, en la costa del mar Adriático. Asimismo, otro factor determinante es su enorme reserva de agua.
Como dato significativo cabe destacar que hasta siete grandes ríos bañan esta república. Uno de los más importantes es el río Bosna, el cual da nombre al país. Sin embargo, la vista más espectacular la encontraremos en la región de Jajce, donde contemplar sus majestuosos saltos de agua. Asimismo, existe una notable conciencia ecológica, pudiendo observar en su ciudades más representativas hermosos parques y jardines botánicos.
Sin embargo, no sólo sobresale por la belleza de su flora y fauna, sino también por sus monumentos. Y es que en Bosnia-Herzegovina confluyen diversas religiones, como el cristianismo, el catolicismo romano o el islam. Igualmente, cada rincón encierra un pedazo de historia, como sucede en su capital, Sarajevo, donde se halla el Museo del Túnel.
Este pasadizo fue un refugio y un sistema para escapar de la urbe durante la guerra a comienzos de los años 90. Sorprendentemente, aún se conservan los edificios más emblemáticos, aunque muchos de ellos presentan estragos tras la contienda, como sucede con la Biblioteca Nacional.
¿Y tú, conoces Bosnia-Herzegovina?
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