CHISTES DE NIÑOS
Estos no son chistes para niños, sino de niños. En realidad, es una recopilación de algunos sucesos de mi vida de situaciones que sólo como madres o padres podemos encontrarles gracia. Sin más preámbulo, les comparto algunas de mis vivencias:
1.- Mi hija de tres años, estaba entusiasmada por lo que le habían enseñado en la escuela con motivo del mes patrio. Me contó que le habían explicado lo que significan los colores de la bandera mexicana y su significado.
Para saber cuánto sabía, le pregunté: "¿Sabes qué significa el color rojo?". Se quedó pensando un rato y al ver que no recordaba, le dije: "Significa sangre". A lo que ella completó: "Ah sí, es la sangre de los superhéroes".
2.- Cuando mi hija tenía tres años, no aceptaba el hecho que mi esposo y yo la tengamos que dejarla con su abuelita para ir a trabajar. Le explicamos que es muy importante que trabajemos pues allí nos dan dinero para que podamos comprarle sus cosas, como su ropa, sus juguetes, su comida y sus dulces.
Cada que nos veía irnos nos preguntaba: "¿Se van a buscar dinero?" Nosotros sonreíamos y le decíamos que sí.
En una ocasión, despertó y no me encontró. Su papá le dijo que tuve que ir a trabajar. Ella en llanto le dijo: "Dile que venga y que no traiga dinero".
3.- En otra ocasión, montó su carro de juguete y me dijo: "Voy a trabajar para traer dinero". Sólo sonreí al ver que entendía el propósito de ir a trabajar.
Después de irse a un extremo del patio de la casa, regresó después de un rato y me dijo con cara de preocupación: "Mamá, no venden dinero en ningún lado".
4.- Le compré a mi hija de cuatro años unas hermosas sandalias de colores usadas pero en buenas condiciones. Únicamente le faltaban las correas para sujetarla a sus tobillos, cosa que se mi hizo de poca importancia por el precio tan económico en que me las vendieron. Se me ocurrió utilizar los cordones de sus tenis que ya no usaba y pasarlos por la oreja de la sandalia. Mi hija nunca había tenido sandalias que se anudaran como lo hacía con sus propios tenis. Miró fijamente cómo se las anudaba y finalmente, con las cejas muy arqueadas en señal de sorpresa me preguntó: "¿Ahora son tenis?"
5.- Tenía mi hija 2 años y medio cuando empezó su afición a dibujar. Se emocionaba haciendo círculos y rayas que daba significado. Me preguntaba “Mamá, ¿qué quieres que te dibuje?”, a lo que yo le decía algunas cosas que pensaba que serían fáciles dibujar para ella, por lo que le dije que me dibujara unas uvas, a lo que me respondió: “Eso no lo puedo hacer, pero puedo dibujar unos cocos”.
6.- Encontré a mi hija de 4 años con su muñeca barbie aprisionando su cabeza a la de una foto de otra caricatura como si estuvieran besándose. Como habíamos hablado recientemente de que solo la gente grande se besa en la boca, le dije en tono serio ¿qué están haciendo hija?, a lo que ella, recordando aquello me contestó con seguridad “Ella sí está grande, yo no lo estoy haciendo”.
7.- Llevamos al doctor a mi hija de cuatro años y mientras esperábamos que nos atendiera el médico, salió por uno de los consultorios un hombre en silla de ruedas que tenía el pie enyesado. Mi hija que estaba hojeando una revista, la hizo de lado y me preguntó qué le había pasado al hombre, y le dije que se había lastimado su pierna. Se quedó mirando atentamente al hombre y su pierna, y aproveché la ocasión para decirle que ella debía tener cuidado y obedecer cuando le dijera que no se subiera a lugares altos porque al caerse se podría lastimar como el hombre. Ella no hizo ningún gesto por un minuto y luego me miró a los ojos con cara de preocupación y me dijo: “¿y cómo se pone su pantalón?”.
8.- Compramos una parejita de peces para mi hija de 4 años Y ella estaba muy emocionada preguntando cómo se le daba de cómer, cómo debía de cuidarlos y si estaban casados. Le dije que sí estaban casados y que pronto tendríamos bebés de sus peces. Esa noche no podía dormir de la emoción hasta que cayó agotada. Al despertar la mañana siguiente, me preguntó con sobresalto: “¿Ya nacieron los bebés?”.
9.- Estábamos caminando por la calle mi hija de 4 años y yo, cuando dejó caer su mochila de tan pesada porque la había llenado de colores, libreta, libro de colorear y no sé qué cosas más. Le dije que la levantara “pues si pasa un niño se la va a llevar” a lo que me contestó con seguridad: “no le va a servir lo que hay dentro, sólo hay cosas para niñas”.
Y tú, ¿Has vivido situaciones similares?
¿Qué vivencias has tenido con niños que resultaron graciosas?