Existen los fantasmas y los monstruos debajo de la cama.
Muchas veces lloramos sin parar porque queremos todo al instante pero solo basta algo que nos transmita curiosidad para calmar la fiera.
Cuando somos niños la muerte no existe, solo la bondad, y los sueños bonitos.
No hay rastro de guerra ni malos pensamientos.
¡Un mundo de maravillas nos cubre la vida!.
Podemos crear un cohete para ir a la luna o planificar una gran aventura en busca de un tesoro.
Porque cuando somos niños es lo más cerca del paraíso que podremos estar en la tierra.
La inocencia nos envuelve en el ser más puro y nos hace relucir el alma, nada nos da miedo, solo curiosidad y asombro en nuestros ojos se puede ver porque en realidad solo somos nosotros mismos.
Nunca dejes que nada ni nadie te arrebate la inocencia, porque entonces habrás perdido tu verdadero yo.
¡Ya se que es difícil!
A medida que creces no te queda más remedio que aceptar la realidad y dejar de soñar.
Pero siempre recuerda que cuando eramos niños nada era imposible.