Croagh Patrick, la montaña sagrada de Irlanda

Conocido por ser uno de los países más espirituales de Europa, resguardan en su cultura una infinidad de mitos, leyendas e historias que le dan identidad a su espiritualidad.

 Amantes de la naturaleza y protectores por excelencia del medio ambiente, en Irlanda escudan con especial atención una montaña ubicada en el Condado de Mayo, que –según la historia-, protegió durante cuarenta días a San Patricio, el patrono de Irlanda.

El centro de peregrinación más importante de Irlanda

Irlanda tiene dos íconos fundamentales: San Patricio y los tréboles. La historia cuenta que él, antes de convertirse en santo, vivía como prisionero de un barco pirata, y al lograr escapar dedicó su vida a propagar el evangelio por toda Irlanda. Como parte de sus enseñanzas, utilizaba los tréboles –pequeñas plantas de 3 hojas-, para explicar el misterio de la Santísima Trinidad (Dios, Hijo y Espíritu Santo).

Como parte de su vida religiosa, San Patricio decidió utilizar las tierras de Coagh Patrick como centro espiritual, tras decidir recorrer la montaña mientras ayunaba. El ayuno duró exactamente 40 días –al igual que Jesucristo en el desierto, en tiempo de cuaresma-. Desde ese entonces, la tradición de recorrer la montaña se mantiene intacta desde el 441 d.C.

¿Cómo es la peregrinación? La meta es llegar a la cima

Siguiendo los pasos de su santo patrono, los irlandeses emprenden una caminata el último domingo de julio mejor conocido como “Reek Sunday”, hasta llegar a la cima. Alrededor de 25.000 personas viajan anualmente al Condado de Mayo a finales de julio para escalar la montaña.

¿Con qué propósito lo hacen? Cada peregrino guarda celosamente sus motivos. Algunos lo hacen únicamente para enaltecer y honrar a San Patricio, mientras que otros lo ofrecen como ofrenda a cambio de algún deseo o favor. 

En la cima de la montaña, se encuentra una pequeña capilla llamada “Teampall Phádraig”, la meta es llegar hasta ella y hacer una plegaria. Algunos feligreses deciden subir descalzos, otros con poca ropa –las temperaturas suelen ser muy bajas puesto que la montaña es un glacial-. Cada fiel decide personalmente cómo hacer su sacrificio.

Una ruta desafiante ¿Qué necesitas para subir?

Al ser uno de los lugares más emblemáticos para los irlandeses, son extremadamente estrictos con las reglas. No se permite el uso de vehículos, únicamente se puede subir caminando. La ruta es compleja. Si bien se divide en varias zonas –algunas de más fácil acceso que otras-, no es un paseo para personas que no estén acostumbradas a realizar actividades físicas.

Pese a que la fecha más frecuente de visita es en julio –en pleno verano-, las temperaturas rondan los 10 grados centígrados, por lo que la caminata generalmente está acompañada de ligeras nevadas o una fuerte neblina. Se necesitan aproximadamente 4 horas para llegar a la cima, en total son 7 kilómetros de subida.

Se recomienda subir con suficiente hidratación, golosinas que permitan la recuperación inmediata de carbohidratos y azúcares, ropa deportiva pero que proteja del frio –preferiblemente ropa interior térmica-.  Las rutas son amplias y permiten la instalación de picnics improvisados. Desde todas las perspectivas ofrece vistas inolvidables de Irlanda.

El Condado de Mayo se prepara todo el año para recibir a los turistas en julio, así que si se presenta alguna emergencia en la montaña, se puede llamar al 999 o al 112 para solicitar ser rescatado en la montaña.

Una montaña sagrada y ¡llena de oro!

Además de ser venerada por haber albergado a San Patricio en su ayuno, en la década de 1980 se descubrió que la montaña es un enorme depósito de oro. Se estima que concentra más de 700.000 toneladas de oro, con un valor aproximado de más de 360 millones de euros.

Si bien resulta ser un tesoro nacional, el gobierno irlandés decidió prohibir la minería en la montaña para proteger no solamente el medio ambiente, sino también la cultura irlandesa. Una demostración más de que Irlanda valora su cultura por encima de todo.

Una conexión única con la idiosincrasia irlandesa

Subir la montaña puede ser desafiante, pero es una oportunidad maravillosa para conectar no solamente con la naturaleza irlandesa, sino con la cultura y la idiosincrasia de Irlanda.

Los irlandeses además de ser cálidos y simpáticos con los turistas, son extremadamente nacionalistas con sus tradiciones. La peregrinación a la montaña resulta ser un acto no solamente religioso, sino también de devoción a su país y a su naturaleza.

En la base de la montaña, hay servicios de acompañamiento, que se ofrecen a mostrar las mejores rutas, los lugares más icónicos del recorrido y a contar de primera mano, todas las historias que rodean la montaña.

¿Estas listo para vivir la aventura?

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Etiquetas: Turismo en Irlanda

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