Si ya estaba loca por Nicaragua ahora después de visitar Playa Gigante aún lo estoy más. Nicaragua tiene algo invidiable y es su buena actitud por disfrutar de todo y por hacerte disfrutar.
Dormimos en el Hotel Aqua Wellness Resort. Son unas cabañas en los árboles con unos atardeceres impresionantes. El hotel es puro contacto con la naturaleza. Clases de yoga por las mañanas con el sonido del mar, comida healthy, monos madrugadores, osos hormigueros y mucha paz. Tiene dos zonas de restaurante y la carta es a base de productos ecológicos, muy saludable. Las fajitas estaban brutales, las tortillas eran caseras y el guiso del pollo muy al estilo abuela, muy buenas de verdad!
El pueblo no es muy grande y al ser poco turístico no hay muchos restaurantes pero en Buena Vista se come pescadito del día, muy fresco. Tiene unas vistas espectaculares a Playa Amarilla, playa de surferos.
Hicimos un tour para conocer uno de los 13 volvanes que tiene Nicaragua. Fuimos al Volcán Mombacho y aprovechamos para conocer Las Isletas y la Laguna de Apoyo. Las Isletas es lo que no me llamó mucho la atención. No deja de ser un paseo en lancha por un montón de islas pequeñas y una mansión en cada una, sin más. Si vais con tiempo suficiente aprovechar para bajar a a la laguna y daros un baño. Es una laguna formada en el cráter de un volcán, una pasada!
En Granada comimos un mix de platos típicos. Estaba rico, demasiada fritanga para mi gusto pero hay que probar de todo ;)
Para dormir en Managua os recomiendo el Hotel Intercontinental. Se está muy cómodo.
Hasta la próxima Nicaragua!