Este verano he podido disfrutar de visitar por primera vez Asturias y aunque en cuatro días no da tiempo a ver todos los sitios maravillosos que hay, he intentado aprovechar estos cuatro días al máximo.
Nos alojamos en una casita rural de color azul, precioso por fuera y por dentro. Con un entorno maravilloso, con el río Piloña juntó a nosotros y con unas preciosas vistas de la montaña y la verde vegetación (mis niñas decían que estaban en Narnia). La pequeña aldea pertenecía al pueblo de Villamayor muy cerquita de Cangas de Onís.
La ciudad de Cangas de Onís fue capital del Reino de Asturias hasta el año 774. En esta población se estableció el rey Don Pelayo. Nada más llegar nos encontramos el Puente Romano, imagen emblemática de Asturias y por dónde pasa el río Sella. Es un lugar donde sólo se respira naturaleza porque más de 2.000 hectáreas del concejo forman parte del Parque Nacional de los Picos de Europa. Dentro del parque se encuentra el conjunto monumental de Covadonga, donde visitar el Monasterio, la Basílica y la Santa Cueva. A 12 kilómetros de Covadonga, se encuentran los llamados lagos de Covadonga, un paraíso natural.
En Asturias se puede disfrutar tanto de montaña, como de playa. Tiene playas espectaculares, nosotros empezamos por Llanes con su maravilloso casco histórico y ese sabor marinero que tiene. Desde aquí visitamos la playa de Poo, las playas de Celorio y la playa de Cuevas del Mar. Nos hubiese gustado visitar muchas más, pero el tiempo no nos lo permitió.
La sidra natural no falta en ninguno de sus rincones. Y es cierto que allí sabe mejor, no se sí será por como te la sirven o por el entorno. Al estar todo el día visitando lugares llegas a las comidas y cenas con bastante hambre y además estas deseando probar tantas cosas buenas que hay.
Para picar con una sidra fresquita podemos hacerlo con unas patatitas al cabrales, unos tortos rellenos o unos chorizos a la sidra.
En muchos lugares te colocan el puchero bien llenito para que comas hasta que no puedes más de fabada, sopa de pescado o fabes con almejas.
No puedes dejar de probar el cachopo, dos trozos de ternera, de primera, rellenos de queso, jamón, unas tiras de pimiento rojo y un crujiente rebozado de huevo y pan rallado. Es un verdadero manjar, eso sí, que no os den gato por liebre que en algunos sitios te sirven unos filetes de lomo rellenos de queso y jamón del tamaño de un San Jacobo.
Y para terminar el postre, un arroz con leche cremoso y que quita el sentido.
Prometo volver, porque me han quedado muchas cosas ver y por hacer. Mientras tanto me he traído lo necesario para recordar su sabor.
*Os dejo mis recomendaciones y lugares que me han gustado:
- Para comer o cenar en Llanes Sidrería El Almacén, en el casco histórico.
- Para comer de menú muy bien cerca de Covadonga, Sidrería Los Ramos.
- Para tapear en Cangas de Onís un sitio fantástico y tradicional es el Llagar El Polesu y al lado se puede probar un fantástico y delicioso cachopo, en la Sidrería El Corchu.
- Nos alojamos en la Casa Rural Azul ademas de económica, preciosa y con unas vistas espectaculares.