Sus cabezas chatas, ojos saltones y cuerpo apachurrado resultan adorable para muchos y aterrador para otros, sin embargo, los amantes de los pugs podrían volverse del otro bando cuando vean como se ve un pug desde adentro.
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En redes sociales circula una resonancia magnética que ha provocado el terror de miles de internautas y no es para menos, porque la verdad si da un poquito de miedo.
Todo comenzó cuando el actor y comediante Andy Richter compartió en Twitter una foto de la resonancia magnética del cachorro de uno de sus amigos.
“El perro pug de mi amigo fue al veterinario”, fue el mensaje que acompañó la foto y que en cuestión de minutos fue compartido más de 15 mil veces y acumuló comentarios en los que algunos usuarios -mala onda- comentaron que no necesitaban la resonancia para saber que los pugs no son tan adorables como dicen.
¿Por qué los pugs tienen esa morfología tan extraña?
Comenzaremos por decir que los pugs no siempre fueron así. De acuerdo con algunas pinturas del siglo XIX, los pugs tenían las características de cualquier otro perro, sin embargo, años de modificaciones genéticas y mala crianza resultaron en perros con colas enroscadas, cráneos chatos, ojos saltones, separados y hocicos sumamente pequeños.
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Todas estas características que pueden ser adorables visualmente han llenado de complicaciones la vida de dichos canes, que a menudo padecen de problemas para respirar, propensos a padecer obesidad y trastornos del sueño.
Los pugs son una prueba más de que la humanidad puede ser muy egoísta. Lo mejor es no ser crueles con ellos ni con ningún ser vivo.
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