La divergencia. Me gusta la palabra. Divergente. Suena interesante. Me hubiese gustado ser una de ellos, me hubiera gustado ser especial y diferente, no estar de acuerdo con nada de lo que nos enseñan, ser rebelde. Tal vez diga esto porque no sé y no he experimentado lo que es ser divergente, puede que si lo fuera me arrepentiría, pero ahora mismo me parecería bien poder perseguir la felicidad y elegir lo que quisiera y no guiarme por el resultado de la prueba de aptitud, porque eso solamente son pamplinas.
Te escribo esto para decirte que pronto no existirán divergentes, ni abandonados, ni osados, ni cordiales, ni genéticamente defectuosos, ni genéticamente puros, nada. Sólo existirá un buen puñado de personas felices, que pueden hacer lo que les venga en gana y vestirse del color que quieran sin importar lo que su facción diga, porque no habrá facciones. Podremos saltar, reír, besar, abrazar, podremos encontrar la felicidad que tanto ansiábamos y que las facciones no nos han conseguido proporcionar.
El experimento muy pronto se habrá destruido y la paz estará en camino.
Bienvenidos a la nueva era. Chicago.
¡Buenas tardes! Viernes de nuevo ju, ju, que ganitas.
Os escribo este nuevo post porque os quería informar de que ya acabé la trilogía Divergente y que ¡me ha encantado! El final me dejó muy impactada y bastante triste (no digo más, fuera spoilers), pero me encantó la saga en general. Me ha parecido muy fantástica, original, divertida... Pronto os contaré más en la reseña.
Ahora estoy con "Cuatro" que forma parte de la saga Divergente pero no continúa con la historia, es decir, la historia de Tris y los demás chicos acaba en "Leal" y en "Cuatro" se narra la historia de Tobias desde su prueba de actitud, pasando por su iniciación, su relación con su padre, hasta que conoce a Tris (supongo que los que no habéis leído la saga no sabréis de lo que estoy hablando). Creo que no me defraudará.
Nada más por hoy, espero que os haya gustado esta entrada, ¡que paséis un buen fin de semana!