Dedicado al poeta del pueblo Miguel Hernández, pues he tenido la osadia de coger y cambiar un cuarteto de su Elegía, para terminar esta poesía.
Ya se viste de novia el Valle del Jerte,
con pétalos blancos como frágil seda.
Así, mi tierra extremeña yo quiero verte,
por bancales nevados mi alma se enreda.
Ya se despierta alegre la primavera,
entre las verdes montañas de mi tierra.
Con las aguas bravas del Jerte y la Vera,
que impetuosas saltan bajando la sierra.
Montes de Traslasierra y el Puerto de Honduras,
laderas de Tornavacas y Tormantos,
que adorna de aterciopeladas blancuras
la primavera, cual deroche de encantos.
¡Ay madrecina! En esta cruel distancia
mi sueño amado es nuevamente volver
a los floridos cerezos de mi infancia
donde una primavera me diste el ser.
¡Ay de mi tierra y sus cerezos floridos!
Mas, es entre ellos donde yo quiero vivir
¡Ay del cuco cantarín allá en su nido!
Y allí, esta el nido donde yo quiero morir.
Volveré a mi Valle jerteño y a mi Vera;
y por los altos andamios de las flores
pajareará mi alada alma cerecera
de angelicales ceras y labores.
©MALT
Foto: César Serrano Luis.