La historia se centra en un grupo de amigos adolescentes que son testigos de algunas escabrosas muertes que ellos mismos deciden resolver al ver la ineptitud de las autoridades frente a estos casos.
A momentos la película se parece a la exitosa serie noventera Le temes a la oscuridad. Sin embargo, eso sucede momentáneamente pues casi enseguida puede notarse que Del Toro echó mano en el guion al presentarnos algunos miedos y traumas muy apegados a ese terror gótico que tanto gusta al mexicano.
Lo mejor de la película es que estos relatos son además de originales, muy cortos y poco a poco van entrelazándose para contarnos una historia sobresaliente en su género.
Fotográficamente la película no tiene fallas, utiliza una paleta de colores idónea para evocar miedo y suspenso en el espectador, los encuadres son limpios y éstos son los justos para generar una atmosfera escalofriante.
Fiel a su estilo, Guillermo también plasmó su idea en el diseño de las criaturas que aparecen, mismos que están muy apegados a los que aparecen en los libros originales.
Otro gran acierto, que además se agradece, es que los personajes se alejan bastante de los estereotipos y siempre están dispuestos a sorprender al espectador gracias a los giros que tiene el guion.
Sin duda una película que nos dejará con un muy sabor de boca.