Comúnmente creemos que los resfriados tiene que ver mucho con los cambios abruptos de temperatura, pero esto no es del todo cierto. No es necesariamente el frío, ni el calor lo que ocasiona que nos enfermemos, sino los malos hábitos que ni siquiera sabemos que tenemos.
Por eso hoy te vamos a contar algunas razones por las que te enfermas más durante los cambios de clima.
No estás ventilando tu casa
El frío nos impulsa a resguardarnos en lugares poco ventilados, además muchas personas usan calefacción en su hogares y esto aumenta las probabilidades de enfermarse ya que los virus y bacterias permanecen en el aire.
La calefacción, por su parte, provoca que el aire se reseque y con ello nuestras mucosas. Una nariz reseca es más propensa a verse afectada por virus y bacterias que causan gripe, rinitis y alergias.
Recuerda mantenerte hidratado y abrir las ventanas de tu casa al menos un rato por las mañanas para que circule el aire.
No consumes frutas y verduras de temporada
La naturaleza es sabia y por algo las frutas, las hortalizas y prácticamente todos los alimentos (hasta los de origen animal) tienen temporadas. Los mariscos por ejemplo se dan mejor en el último cuatrimestre del año. Lo mismo ocurre con las verduras y las frutas.
Identifica cuales son los alimentos de temporada, y complementa tu alimentación con vitaminas que te ayuden a reforzar tus defensas, como la vitamina C.
La falta de vitamina C reduce la habilidad de tu cuerpo para combatir ciertos microorganismos, así que asegúrate de consumir suficiente todos los días, existen productos que constan de un tratamiento de 10 días y con esto estarás más que protegida, ¡la de sabor limón o naranja son buenisimas!.
No te lavas las manos más seguido
Evita los lugares concurridos y si lo haces no te olvides de lavarte las manos siempre que puedas, sobre todo antes de comer o ir al baño. Evita tocar tu rostro con las manos sucias. Los espacios donde hay demasiada gente están llenos de gérmenes, mantener una buena higiene es fundamental para evitar enfermedades.
Ajustar tus hábitos para evitar el contagio es posible. ¡Sigue estas recomendaciones y verás que puedes pasar un invierno sin resfriados!