¡Shazam! es la nueva película de DC. La cinta dirigida por David F. Sandberg explora de una forma cómica (y bastante realista) temas como la adolescencia, la familia y, claro, los superpoderes.
La historia gira en torno a Billy Batson (Asher Angel), un chico de 14 años que es elegido por el mago Shazam para enfrentarse a los siete pecados capitales que han tomado el cuerpo del Dr. Thaddeus Sivana (Mark Strong) y pretenden acabar con el mundo.
A partir de ese momento cada vez que Billy dice el nombre del mago se transforma en Shazam (Zachary Levi) un héroe musculoso que posee toda clase de poderes: desde dominar el rayo hasta inmunidad contra las balas.
Lo que hace a ¡Shazam! distinta a otras películas de superhéroes (incluso dentro del universo DC) es que muestra lo que un adolescente lleno de hormonas realmente haría si de pronto tuviera poderes: ¡divertirse!
Junto con su amigo y hermano adoptivo Freddy (Jack Dylan Grazer), Billy va descubriendo todo de lo que sus nuevas habilidades y aspecto le permiten hacer: desde frustrar robos hasta comprar cerveza; desde salvar autobuses hasta saltarse clases.
Sin embargo, estos nuevos poderes vienen también con un dilema: A lo largo de la cinta Billy se debate entre cumplir su misión y salvar a la humanidad o usar sus poderes para hallar a su madre biológica, aunque implique abandonar a Freddy y su familia adoptiva.
En este sentido ¡Shazam! se vuelve una constante lección sobre la responsabilidad que viene no solo con la edad, sino también con el poder.
El personaje de Billy muestra ese egoísmo que todos sentimos de vez en cuando y que, al final del día, también nos convierte en humanos; y nos recuerda que al final del día depende de nosotros qué camino seguir y qué tan heróicos podemos ser.
Aunque claro, no todo es perfecto. A nivel de la trama ¡Shazam! tiene dos problemas y el primero se muestra justo al inicio de la cinta, al presentar al Dr. Sivana.
Durante la primera media hora de la película parece que la historia tratará sobre el personaje de Mark Strong y de pronto hay un salto a la narración de Billy que desconcierta completamente al espectador (y no de una buena manera).
No es que no nos interese la atormentada vida del Dr. Sivana pero es algo que pudo resolverse en un flashback, ¿para qué perder tanto tiempo contando algo que de todos modos sabremos a mitad de la cinta?
Otro fallo, aunque mucho menor, es el exceso de humor. Sí, ¡Shazam! es una comedia; sí, los personajes son adolescentes, pero hay momentos en que la trama queda completamente de lado y todo se reduce a Billy y Freddy en situaciones graciosas.
Aun así, ¡Shazam! es una película que vale la pena ver al menos una vez, ya sea para reír un rato o para caer en cuenta de que incluso sin poder volar todos podemos ser superhéroes, solo hace falta la voluntad de serlo.
¡Shazam! se estrena en cines este viernes 5 de abril.
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