De hecho, esta versión es posiblemente la más edulcorada de las que han existido. Incluso busca explicar el odio que siente el Grinch por la Navidad, mencionando que se debe a que "no odia la Navidad, sino estar solo en Navidad".
Aunque se nota la intención de hacer una versión más luminosa de la historia, nos queda a deber la esencia real del personaje. También puede notarse que la película está claramente enfocada al público anglosajón, pues los letreros que aparecen ocasionalmente no están subtitulados ni traducidos en la imagen.
Justamente los momentos que destacan más fuerza son aquellos en los que se "tropicalizan" ciertos chistes y se sienten más cercanos a la audiencia mexicana. Por el contrario, las escenas musicales no terminan por conectar con el espectador ni transmitir las emociones por las que atraviesen los personajes.
El doblaje realizado por Eugenio Derbez al personaje es bueno, aunque me quedé con ganas de escuchar a Benedict Cumberbatch en la versión original.
En esta nueva versión de El Grinch, los guionistas se han empeñado en mostrarnos que no es un personaje tan malo, que tiene su corazoncito y que no es su culpa que no le guste la Navidad.
Sin embargo, sí es una cinta que puede disfrutarse en familia para pasar un buen rato, y que nos hace reflexionar sobre la esencia de la Navidad. El Grinch se estrena este viernes 7 de diciembre en salas comerciales.