UN PASEO HASTA PUENTE MOCHO (Salamanca)

Dehesa de Las Aldehuelas. Puente Mocho. Cerca de Ledesma. Salamanca. Castilla y León. España. Javier Prieto Gallego


Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO

Hay rincones tan apartados de todo que parecen puestos sólo para componer una postal. En cierta medida es el caso de un rincón bien conocido por quienes viven en Ledesma y alrededores, pero tan metido en la dehesa que para los foráneos es un sorpresón. Se llama puente Mocho y aunque hoy es sólo un viejo pontón de cinco arcos al que se le están desmoronando los petos, en el pasado fue una más de las obras que los romanos se marcaban cuando decidían trazar una de sus calzadas. Esta, en concreto, era sólo una de las cinco que unían la localidad de Bletisa, Ledesma ahora, con el mundo. Más adelante, cuando la trashumancia se convirtió en una actividad ganadera que movía millones de cabezas de ganado en busca de los mejores pastos en cada momento, también sirvió para que las merinas o el vacuno salvaran por él las corrientes caprichosas del río Cañedo sin quedar atascadas en los barrizales del invierno. Pero gran parte del encanto de este rincón solitario estriba en las dimensiones y edad de la venerable dehesa que lo rodea: si no hay dehesa fea esta, desde luego, está a la altura del monumento que alberga en su interior.

Encinar de la dehesa de Las Aldehuelas. Salamanca. Castilla y León. España. Javier Prieto Gallego
Encinar de la dehesa de Las Aldehuelas. Salamanca. Castilla y León. España. Javier Prieto Gallego
Dada la proximidad del enclave donde se halla el puente con la localidad de Ledesma, apenas a tres kilómetros, bien merece empezar este paseo en el pleno cogollo monumental de la villa. Más en concreto en su iglesia de San Miguel y visitando el Centro de Interpretación Bletisa ubicado en ella. Es la mejor forma de prepararse para lo que está por ver. El recorrido por el interior es un desfile por sus principales etapas históricas, empezando por la colonización llevada a cabo por las tribus celtas para continuar con la importante ocupación romana del enclave, uno de cuyos restos, aunque ni mucho menos, el único, es el puente Mocho. Hay otros puentes en los alrededores a los que se atribuye factura romana e incluso un mojón de límite incrustado en una de las paredes de la iglesia de Santa María. También pone al corriente de cómo Ledesma llegó a tener como señor a don Beltrán de la Cueva y el empeño que él y sus descendientes pusieron en hacer del paso por el puente Viejo, que salva las angosturas del Tormes a los pies de Ledesma, una fuente de ingresos segura y perdurable a lo largo de los siglos.

Encinar de la dehesa de Las Aldehuelas. Salamanca. Castilla y León. España. Javier Prieto Gallego
Encinar de la dehesa de Las Aldehuelas. Salamanca. Castilla y León. España. Javier Prieto Gallego
El paseo

Desde Ledesma hay que tomar la salida hacia Salamanca para, nada más cruzar el puente Nuevo,  tomar la carretera que se dirige a Almeida. Son 500 metros de asfalto que acaban a la entrada de la dehesa de Las Aldehuelas, con señal y un panel con un plano junto al paso. El camino deja ver enseguida las excelencias del paseo y tan sólo hay que estar pendientes de dos desvíos sin señalizar. El primero aparece a 800 metros de la carretera, al final de un ligero repecho, junto a un poste de la luz. Hay que continuar por el ramal más marcado, el de la derecha. El segundo aparece a 500 metros de este, al alcanzar una bifurcación en la que una añosa encina hace de natural rotonda. Ahí el paseo continúa por la izquierda ya sin pérdidas hasta topar con la valla que pone fin al paso de vehículos. Si hasta aquí los asombros se reparten entre la envergadura de las encinas, la forma de muchos troncos, la amenidad del paseo o la fuente que alimenta una charca redonda a 300 metros del último desvío, pasada la cancela llega el momento de dejarse embobar por el firme de una calzada que ha visto pasar de todo. Es el anticipo del inminente pontón, que pide a gritos un poco de distancia para contemplarle con el deleite que merece. Y, si no se quiere volver por donde se vino, nada impide continuar el camino hasta toparse con la siguiente valla. Si ahí se coge el ramal de la derecha se sale a la carretera de Peñausende, que tomada a diestra devuelve hasta Ledesma en algo más de 5 km desde el puente.


EN MARCHA. A Ledesma puede llegarse desde Salamanca por la SA-300.

LEDESMA. Además de la iglesia de San Miguel y el Centro de Intepretación Bletisa puede visitarse la fortaleza. El callejeo acabará conduciendo a la plaza Mayor, donde está la Oficina de Turismo y la iglesia de Santa María, con interesantes sepulcros en su interior. En un rincón queda el palacio de Beltrán de la Cueva y un arco que conduce hacia la alhóndiga y un mirador sobre el puente Viejo.

INFORMACIÓN. Oficina de Turismo y Centro de Interpretación: 923 57 01 56 / 689 78 78 76. Web: turismoledesma.com.

EL PASEO. Desde Ledesma hasta el puente Mocho median 3 kilómetros muy fáciles de andar en una hora. Si se prosigue el circuito por el interior de la dehesa hasta salir a la SA-305 hay que sumar 5 km más. El paseo no está señalizado y sólo hay que estar atento en dos desvíos.

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