Keanu Reeves
Nació en Beirut, Líbano, y creció en una familia dominada por un padre violento que lo humillaba y maltrataba física y psicológicamente. Durante muchos años su madre también sufrió el maltrato de su padre.
Su mejor amigo, River Phoenix, murió de una sobredosis en 1993. Seis años más tarde, en 1999, su novia Jennifer Syme, perdió al bebé que esperaban, y en 2001 ésta murió en un accidente de tráfico cuando regresaba de una fiesta del cantante Marilyn Manson. Este hecho, evidentemente, dejó a Reeves sumido en una gran depresión. "Muchos necesitan felicidad para poder vivir, yo no", aseguró alguna vez el actor. Pero es que además, su hermana sufrió de leucemia cuando era pequeña. Por fortuna, salió adelante.
Hoy, en su faceta más personal, se dedica a ayudar a los niños que padecen de cáncer. Reeves tiene una fundación que brinda soporte a los pequeños que lidian con esta enfermedad y dispone de varias asociaciones que investigan la manera de combatirlo. El actor, tachado de inexpresivo en sus papeles, viaja en transporte público y vive en un sencillo apartamento de la ciudad de Nueva York.
Reeves, de 54 años, asegura que "cuando empiezas a hacer las cosas gratis, te empiezan a salir alas". Sabe que la buena salud es lo más importante. Y yo no puedo estar más de acuerdo.
Reeves, un actor atípico
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