Título

LA FIESTA
Acabo de mudarme al edificio, aún no he entablado conversación con ningún vecino, sólo llevo dos semanas, es normal. Ahora que ya he acabado de colocarlo todo en su sitio me apetece salir, pero ni se a donde ir, ni con quien, empezar de cero es lo que tiene, nueva ciudad, nuevos amigos, nuevas experiencias. Bajare a comprar algo al veinticuatro horas de abajo, y entablare conversación con alguien que me llame la atención y a ver que si surge algún plan. Un par de chicas de mi edad buscan algo de alcohol en la estantería, y el dependiente de la tienda con los brazos tatuados hasta las muñecas mirándonos a las tres, nadie más. Me acerco al mostrador y pregunto al chico, muy atractivo por cierto, que si me aconsejaba algún sitio al que ir. ¿Vas con amigas?, -No, -contesté, - Voy sola, soy nueva en la ciudad y aún no conozco a nadie.-Mi turno acaba a las doce, ¿si te apetece te acompaño?, _Pues... ¿por qué no? Es la primera vez que quedo con un desconocido, ni siquiera sé a dónde vamos a ir, pero que mejor plan, o eso o quedarme en casa y me hace falta una buena juerga.
Le dejo apuntado en el ticket mi número de piso y le dio que me llame cuando acabe. La verdad es que estoy algo nerviosa porque no se que pasará pero el morbo me tiene exaltada, me pongo música y empiezo a elegir ropa, un corsé negro con encaje que me encanta como me queda, unos leggins negros bien ajustados y mis taconazos. Me estaba perfumando y suena el telefonillo...los nervios me produjeron un escalofrío, una voz sexy me dice que espera abajo y en dos minutos llegué al portal.
-Yeah!, que guapa te has puesto, estás perfecta para el bar al que te llevo._dijo el chico.
Dios!! Se había cambiado el uniforme de la tienda y llevaba una camiseta negra ajustada que le marcaba toda la musculatura y unos vaqueros a los que no quería ni mirar. Me dio un casco y fuimos en moto hasta un bar donde por suerte para mi sonaba rock, no me imaginaba soportar toda la noche a un extraño con gustos a la "moda”, mientras tomábamos unas copas el me presentaba a sus amigos y yo me sentía integrada en el ambiente por completo. Pincharon una canción de los Queens of the stone age y me saca a bailar, http://www.youtube.com/watch?v=u3S6ycTvuyI&feature=related, que calor me estaba subiendo hasta el cuello, espero que no se dé cuenta, y él mientras tanto me agarraba de la cintura y llevaba al ritmo, esto promete. El bar está apunto de cerrar y teníamos más ganas de fiesta, al final nadie sabía donde acabar la fiesta y yo propongo mi loft, a todos les pareció perfecto así que allí iríamos. Él se para en la tienda y con el dinero que todos pusieron nos subimos más alcohol. Habíamos en total unos doce y un ambiente de lujo. Estaba tan a gusto con las copas que me había bebido y en tan buena compañía que ni cuenta me di que en algunos rincones había más de uno dándose el lote, él me miraba como con ganas de entrar, pero no sabía cómo por no meter la pata, así que me dejé llevar por el morbo .Miré a mi alrededor y las escenas de aquellos que les faltaba bien poco para arrancarse la ropa me empujaron hacía él. Di un buen trago le paso la mano por el pecho y le cojo el labio con mis dientes, al mismo tiempo que el reacciona y me devuelve un beso introduciendo su lengua en mi boca....sentía tanto calor que solo deseaba que me quitara la ropa, me daba igual quien hubiera allí, y así hizo pasado un rato, me tiró al sofá, y mientras era absorbida centímetro a centímetro, yo miraba y todos estábamos en el mismo estado de éxtasis. La casa olía a alcohol, sexo y humo, con una buena música de fondo que nos arrastraba a los más lujuriosos movimientos. Notaba manos por mis piernas, alguien acaricia mis pechos y no era él, porque a él lo tenía entre mis muslos haciéndome sudar de placer, me daba igual, me dejaba llevar. Dos chicas estaban jugando con uno de los chicos mientras un cuarto besaba a una de ellas! que sensación ¡jamás me hubiera visto en esto e incluso hubiera dicho que no si me lo pidieran, la cosa cambia una vez que lo has vivido, no se puede explicar, es mejor sentirlo. Él no se despegaba de mi lado pero me compartía y yo hacía lo mismo, intercambiamos besos unos con otros, si alguien se acercaba nos tocábamos, o nos buscábamos con la mirada incitando la penetración. Eran incontables los cambios que pudimos hacer los unos con los otros, pero lo que si es seguro es que nadie quedó sin sexo esa noche.
Poco a poco la gente se vestía y se marchaba dejándonos solos. Una vez se fueron, los dos desnudos sobre la moqueta continuamos nuestra fiesta privada cargados del morbo que nos regaló la noche. Agotados de tanto sexo, desnudos sobre el suelo nos fumamos un cigarrillo quedándonos dormidos.
Una vez despierta, sentada en mi mesa empiezo a recordar con todo detalle la noche anterior y sin dudarlo ni un segundo pienso, _Esto jamás podré contarlo a mis amigos, pero estoy dispuesta a seguir en esta ciudad por mucho tiempo y continuar con la fiesta....