Al margen de recursos narrativos, a nivel de guión nos encontramos con una historia de venganza que se inició en la segunda temporada de Daredevil, y que no da como para una serie propia. La mayoría de episodios dan vueltas sobre lo mismo, y la trama se podría haber liquidado en la mitad de tiempo, aunque para que no se note nos introducen varios personajes nuevos que no acaban de conectar con el espectador y que resultan bastante insulsos. En el lado positivo tenemos un protagonista que atrapa tanto por su personalidad como por el actor perfecto para interpretarlo, quien nos deleita con mucha sangre y violencia desenfrenada, aunque sea contra un villano poco exigente.
Mi puntuación: 5/10