Las deidades celtas son todo un misterio difícil de explicar, pero admirables y con un enigmatismo que enamora.
Tailtiu es parte de las primeras triadas y ella nos recuerda el poder de la naturaleza y la fuerza de la misma. Una diosa que coleccionaba muchos admiradores.
Tailtiu, una diosa con mucha fuerza.
Si traducimos su nombre al sentido más literal, nos encontramos con que significa “Tierra Grande” y eso era ella.Vigor, fuerza, resistencia e ímpetu eran parte de sus numerosos atributos como diosa y toda la historia, mitología y leyendas que la rodean son cada cual más épica que la anterior.
Ella fue quien quitó los árboles más grandes para que las tierras pudiesen ser labradas y cosechadas.
Ella es un tipo de diosa que está relacionada con la cosecha, concretamente con el trigo, su influencia para el nacimiento del trigo y la cosecha del mismo era alta, muy alta.
Y claro… En aquella época, la agricultura y el trigo era la base solida de la alimentación y también de la economía, de ahí se puede deducir la importancia que tenía esta diosa.
La deidad celta de la tierra
Ella es de la tierra, viene de la tierra y regresa a la tierra para volver de nuevo. Ella prepara la tierra, labra la tierra, crea la tierra y hasta hace que la tierra sea buena.
Sus sacrificios para que la tierra fuese de máxima calidad y el pueblo celta pudiese labrar, son sacrificios que no fueron en vano, que fueron valorados y premiados con cientos de rituales, que hoy… Aún se hacen.
Ella es abundancia, también es fertilidad, nacer, morir y volver a renacer pasa por la diosa Tailtiu, una diosa que nos da una gran lección de vida, de filosofía.
La lección de la diosa Tailtiu
Nos recuerda la importancia del esfuerzo, de aquello que logramos con nuestras manos, nos marca el camino para entender el sacrificio que hay que hacer para cuidar a nuestra madre tierra.La tierra, la naturaleza nos brinda todo y a pesar de que como humanos no sabemos cuidarla, ella nos sigue cuidando.
Tailtiu sigue siendo llamada por miles de creyentes cuando celebran una cosecha, es una forma de agradecer a la diosa de la tierra los frutos que la propia tierra nos sigue dando.