En apenas ocho capítulos de menos de media hora cada uno, nos muestran situaciones inverosímiles de una familia totalmente desestructurada en la que cada uno de sus miembros tiene algún trauma o problema mental, que en muchas ocasiones se banaliza con la excusa del humor. En realidad no estamos ante una comedia pura, aunque haga reír de vez en cuando, es una dramedia extremadamente caótica a nivel narrativo y supuestamente realista, que quiere reflejar lo difícil que es la vida de la clase obrera americana a costa de ridiculizar unos personajes que simplemente acaban cayendo mal.
Mi puntuación: 4/10