Dicen que ya no confías en los hombres.
Al parecer es cierto,
pues de mí te escondes.
Pusiste una muralla
entre la razón y el corazón.
No dejas que este último
confíe en el amor.
A la princesa le han fallado.
Más de una vez la niña ha llorado.
Hoy te quiero decir
que así no son las cosas.
No todos estamos hechos de lo mismo.
Disculpa si parece un egoísmo,
pero yo sí valoro el detalle de una rosa.
Sé que quizá ya no lo creas.
Quizá piensas que te miento,
pero veras que será el tiempo
el encargado de que veas,
que aunque hay personas incorrectas,
yo no soy uno de esos,
para mí sería un peso
maltratar a una princesa.
Pero no espero que me creas.
Yo buscaré la manera
de ganarme tu confianza.
Espero hallar un poco de gracia,
ante tan linda princesa,
que sin ni siquiera conocerla,
ya merece la pena.
Trataré de esforzarme
para tu corazón ganarme,
y borrar de tu memoria
todas las tristes historias,
que te tienen tan dolida.
Cumpliré tus fantasías,
ya sea el cielo, o sea una rosa.
No importa quien se interponga,
puesto que realmente te deseo.
Y que me perdonen los ateos,
pero Dios no se equivoca.
Si te puso en mi camino,
no ha de ser por cualquier cosa.
Lírica Anon.