Escucha, cara de perro: Samuel Fuller enseñó a las películas a hablar de la guerra como un verdadero soldado. Como soldado de infantería en la legendaria división de infantería “Fighting First” durante la Segunda Guerra Mundial, Fuller luchó desde África hasta Sicilia, aterrizó en la tercera oleada en Normandía y se trasladó con su división a través de Europa antes de ayudar a liberar el campo de concentración nazi de Falkenau. Cuando regresó a casa después de la guerra y lanzó su carrera como guionista y director, Fuller estaba decidido a representar y honrar a sus compañeros de armas y sus experiencias de época en la batalla. Lo hizo en una carrera que duró más de 50 años, dejando un legado de películas honestas que permanecen notablemente frescas e influyentes.
Fuller conducía en Los Ángeles el 7 de diciembre de 1941, cuando oyó los informes del ataque japonés a Pearl Harbor. Fue inmediatamente a la oficina de reclutamiento, y pronto, a los 29 años, era un soldado de infantería del ejército de los Estados Unidos. Ya había trabajado en media docena de trabajos diferentes en ambas costas y entre ellas. Nacido en la ciudad de Nueva York de inmigrantes rusos y polacos, se había convertido en el copiloto personal del legendario editor de un periódico, Arthur Brisbane, y luego quizás el reportero de crímenes más joven del mundo, cuando a la edad de 17 años comenzó a perseguir ambulancias para el notorio tabloide neoyorquino Evening Graphic . Rápidamente aprendió el valor de una historia dramática, un titular chillón y un sentido del ridículo. Escribir lo trajo a Hollywood, donde comenzó a producir historias de bajo presupuesto para Columbia Pictures en los años 30. Cuando llegó la guerra, Fuller estaba listo. “Tuve la gran oportunidad de cubrir la mayor historia de crímenes del siglo”, recordaría Fuller en su autobiografía, “y nada me iba a impedir ser un testigo ocular”.
Después del entrenamiento básico, Fuller y sus camaradas hicieron su primer desembarco en la playa de Arzew, Argelia, el 2 de noviembre de 1942, donde se encontraron con los franceses de Vichy en una breve pero mortal escaramuza y donde Fuller vio morir a su primer compañero. En febrero de 1943, mientras su unidad avanzaba por el norte de África hacia Túnez, fue interceptada y diezmada por el mariscal de campo alemán Erwin Rommel, más experimentado en el Africa Korps, en el paso de Kasserine. “Éramos como niños en el bosque, atrapados en el fuego cruzado”, recordaría Fuller. “No había nada que hacer más que morir o retirarse”. Pero su equipo se unió, y con la ayuda de la duodécima fuerza aérea retomó el paso de Kasserine como operación antorcha, bajo el mando del general de división Dwight D. Eisenhower, aseguró una rendición del Eje en el norte de África el 9 de mayo de 1943. La primera gran misión de Fuller se completó, y aún estaba vivo para…
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