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Porque su arranque como Rosalía con esa imagen ahora tan inconfundible y modelo tanto para millones de millennials como para consumidores de las músicas urbanas
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Las caderas no mienten
Y es que, cada vez que Rosalia se presenta en concierto, prácticamente hipnotiza a todos con sus movimientos, pues se hace dueña absoluta del escenario.Tal vez se deba a que desde niña tomó clases de baile flamenco.
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El triunfo de un sueño
Con solo 13 años, Rosalía Vila Tobellase dijo: “Yo quiero ser cantaora”. Y a ello se puso, aunque no sin desdeñar el jazz y el blues.Según el cantaor José Miguel Vizcaya, ‘El Chiqui’, profesor suyo durante siete años, primero en el Taller de Músics y luego en la ESMUC (Escola Superior de Música de Catalunya), esas eran sus especialidades cuando la conoció: “Vino a cero de flamenco.
No tenía formación de ningún tipo. Ella lo que cantaba muy bien era blues y jazz y, de hecho, le dije que podría ganarse la vida cantando eso”.
Rosalía estudió en la ESMUC Interpretación del Flamenco (modalidad Cante Flamenco), y acabó entregando un Trabajo de Fin de Carrera tan apabullante como ‘El mal querer’.
La siguió y la consiguió. Según ‘El Chiqui’, lo más llamativo de la (más) joven Rosalía no era tanto su voz como su “pasión desmedida por aprender”, a la que se unía “su capacidad auditiva, su gran percepción de la música”.