Reflexión: esas pequeñas cosas

Jueves reflexivo: vivir más despacio

Hola a todos y bienvenidos un día más. Ya estamos a jueves y toca post improvisado. Estoy con mi gato y con un café, y ya ha amanecido cosa que se me hace algo rara porque hace nada a estas horas era de noche. Y sin más rollo empezamos.

La verdad es que no sé muy bien que contar, pero como llevo una racha un poco liada, con carreras, trámites, médicos(nada grave pero muy latoso), reformas y el día a día, cuando este puente pude ralentizar un poco el ritmo me di cuenta, una vez más, de lo deprisa que vivimos.

Que entiendo que todos tenemos nuestras circunstancias y nuestras etapas, pero en general estamos a tantas cosas, llevamos un ritmo de vida tan rápido que nos pasamos por alto los pequeños detalles.

Y este puente he intentado disfrutar de las pequeñas cosas, porque durante esta racha con días de tanto estrés me he perdido muchas cosas.

Charlar con mi hija mientras preparo la cena, de nuestras cosas, de nada en realidad, pero hablar sin prisa, con el olor a cena rica en la cocina, con la luz encendida que nos recuerda que la Navidad está a la vuelta de la esquina y con el gato entrando y saliendo de la cocina porque quiere su ración de mimos es algo que no tiene precio, y que me hace feliz.

Y pasar más de dos horas hablando con mi hijo de esas cosas que en el día a día dejamos aparcadas porque solo hablamos de lo urgente, de lo que es para ayer porque ya ni siquiera las cosas son para hoy, y recordar anécdotas y reírnos de cosas que solo nosotros entendemos es también algo muy valioso, un tesoro.

A veces las cosas más tontas se disfrutan a tope. Hace unos 30 años mi madre nos presentó al Comisatrio Maigret, y nos atrapó y nos llevó a buscar las novelas como locas hasta lograr tener unas cuantas.

Pues ahora los sábados por la tardenoche, en una de las cadenas de la tele, emiten una serie de Maigret protagonizada por Rowan Atkinson, si lo sé, es inimaginable ver a Mr Bean haciendo de policía francés, pero sorprendentemente encaja muy bien.

Y muchos sábados veo la serie con mi madre, y a veces con mi hermana, y como decimos en Asturias nos presta mucho. Este puente en concreto nos pusimos finas de buñuelos y huesos de santo, todo muy light y sano, jejejeje, y son momentos que sin tener nada especial se vuelven especiales.

También he retomado paseos con calma porque aunque intento caminar a diario no es lo mismo ir rápido e incluso habando de las cosas que tenemos que resolver, con lo cual no desconectamos, que caminar sin prisa, sin rumbo y sin hablar o hablando de cosas que nos apetece.

Este finde una de las conversaciones fue sobre la serie The Walking Dead, el capítulo del lunes pasado había quedado realmente emocionante y no sabíamos que derroteros podía tomar así que fuimos elaborando teorías. Que no llegamos a ninguna pate, no arreglamos el mundo ni mantuvimos una conversación culta y profunda pero lo pasamos bien, y eso sí que ayuda a desconectar.

Estos días he podido ver lo bonitos que están los parques, con los suelos alfombrados de hojas secas. He cogido algunas y he hecho unas manualidades que tenía en mente desde hace días. Y lo hice porque si, proque mola.

El domingo por la mañana fuimos a pasear junto a la playa(os puse vídeos en facebook) y me deleité sin prisa. Pude observar con calma los miles de matices que tiene el mar, dejé mis ojos vagar por las olas que rompían salpicando con fuerza y por los surfistas que esperaban la ola perfecta.

También me gustó ver a la gente endomingada; las amigas que por semana veo con sus zapatillas y ropa de caminar paseaban con la ropa de los dmingos, despacio y cogidas del brazo. A veces me imagino desde cuando serán amigas. ¿Tal vez desde niñas, hace como 70 años, y han crecido juntas? ¿Quizás desde jóvenes o tal vez se han encontrado en la madurez?

También me gusta ver a las parejas jóvenes con hijos, ver a los niños correr mientras los padres caminan despacio charlando me recuerda a la infancia de mis hijos, y a la mía, cuando comprábamos oricios(erizos de mar) en ese mismo lugar y muchas veces nos regalaban estrellas de mar que teníamos unos días en casa para luego soltarlas.

Y también hay grupos de amigos, parejitas adolescentes, familias completas con los abuelos y gente que va a hacer deporte. Creo que este paseo es una especie de miniecosistema donde se puede estudiar de cerca la naturaleza humana, como en el Saint Mary Mead de Miss Marple. Y eso es muy entretenido.

Me estoy saliendo del tema, pero vamos, que hay que aprender a ir más despacio, y cuando no podemos porque no siempre se puede, sería genial buscar unos momentos para mirar a nuestro alrededor y ver lo bonita que es nuestra ciudad cuando empieza a anochecer, descubrir lo bien que sabe la comida casera cuando la tomamos sin prisa, dejarnos envolver por alguna serie de la tele o valorar lo afortunados que somos de tener una casa que nos cobije cuando llueve y nieva fuera, aunque sea un desastre como la mía(bueno, ya vamos terminando y es un poco menos desastre).

Que a veces no es malo pasar el tiempo sentados hablando, o viendo algo en la tele. Creo que tenemos tan interiorizado el concepto de perder el tiempo que nos da miedo detenernos, es como si estuviésemos haciendo algo malo y a veces no hacer nada y disfrutarlo es algo maravilloso.
otoño


No quiero hacer el post eterno, que cuando empiezo no paro así que solo diré que tenemos que seguir saboreando las pequeñas cosas y buscar momentos tranquilos dentro de la vorágine. Yo ayer fui a ver a mi hijo, que fue presentador de un evento y leyó en un micrófono en el que yo leí hace un año, casualidades de la vida, y estar en familia viéndolo y que sepa que lo queremos y nos gusta ver todo lo que hace(soy una madre groupie que en los conciertos de rock estoy en primera fila cantando y saltando, vamos su peor pesadilla, jejeje) y al volver a casa poder saborear una cena caliente y disfrutar de mi nueva ducha con muchos chorros chulos(al menos el tema baño está cerrado), me hizo feliz. Pero lo que me hizo feliz no fue tener esas cosas tan simples como una ducha o una cena caliente, fue disfrutarlas y valorarlas, darme cuenta de que no todo el mundo puede ducharse con agua caliente cuando quiere y no tiene comida caliente. Y mucha gente que lo tiene no lo valora, así que yo ayer fui doblemente feliz por cenar y ducharme y valorarlo, y ya no digo por ver a mi hijo, que fue el mejor presentador del mundo mundial.

Y ahora si que lo dejo que me pongo intensa y pesada. Muchísimas gracias a todos por leerme y nos vemos el sábado, que ya sabéis que pongo un resumen semanal y rescato post de esos que tienen muchos años y que mis lectores habituales no han leído.

Feliz jueves a todos.

Fuente: este post proviene de Pequeños trucos para sobrevivir a la crisis , donde puedes consultar el contenido original.
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