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Mirada triste, de recuerdos pasados, sentada se balanceaba, mirando al horizonte, su mirada ausente recordaba viejas batallas, heridas pasadas, el tiempo dejó de importar en algún lugar, en algún momento de una vida larga.
Se rompía el silencio con el cantar de los pájaros a lo lejos, el sonido del viento al mecer las hojas de los árboles olvidados.
Había vivido una vida larga, su compañero de vivencias había partido a la madrugada, ella solo esperaba reunirse con él, pero la vida tenía otros planes.
Una carta olvidada en un cajón, una hoja de un libro tirada sobre el césped y una lágrima rodando por una mejilla.
El tiempo pasa lento para quien espera un descanso eterno, una despedida de un extraño, un secreto acumulando entre periódicos viejos, un amor de juventud que nunca se olvidó.
Un libro su única compañía junto a su fiel amigo, un perro que un día le siguió y del que jamás se separó.Vive de recuerdos, de vez en cuando una sonrisa se dibuja en
su cara, sus ojos brillan, recuerdos felices de otra época.
Es feliz a su manera, es feliz con pequeñas cosas, disfrutando de cada pequeño sentir, mientras su vida se apaga lentamente, sin prisa, corazón débil, ya vivió mucho, ahora disfruta de pequeños e insignificantes momentos.