Quimeras de un pasado



Fuiste el murmullo que abrazaba un cielo,

un sabor a miel con vestigios de un lugar eterno.

Fuiste mi poesía,

el tormento de mis ojos,

el azúcar que llenaba mi sangre con lamentos.

Te llamabas sol y te llamabas miedo,

dulce ambrosía que irisaba las fibras de mi pelo.

Te llamabas bendición,

renacer de los instantes que abrigaba.

Te llamabas luz y profecía,

ombligo de este reino que venero.

Fuiste mi fe en la desconfianza,

el amor entre lo estéril del desierto.

Fuiste todo lo que quise y lo que mi mente se inventaba,

la ilusión que fragmentó lo más sincero de mi anhelo.

Fuiste todo en este mundo

y en los otros que no vivo,

en lo oculto y la verdad,

en la razón y hasta en lo humano.

Simplemente fuiste y hoy no es nada

por designios del destino y del cerebro

y en otra voz y en otro verso

me toca comenzar mil veces otro sueño.

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