Es mayo de 1944 cuando usted asume el papel de Mariscal de Campo alemán Erwin Rommel, comandante del Grupo B del Ejército, responsable de la defensa de la Francia ocupada por los alemanes contra una invasión aliada que todo el mundo a ambos lados del Canal de la Mancha sabe que viene. Sin embargo, para Alemania, varias preguntas permanecen: ¿Dónde golpeará la invasión? ¿Cuándo llegará? ¿Y cuál es la organización más efectiva de las defensas alemanas para derrotarla?
Usted y otros altos líderes alemanes, incluyendo al dictador nazi Adolf Hitler, se dan cuenta de que el elemento crucial para derrotar la invasión aliada será el empleo efectivo de las fuerzas móviles del ejército alemán, las divisiones de panzer y granaderos. Por encima de todas las demás unidades de combate, son las que deben proporcionar la velocidad, la acción de choque y la potencia de fuego blindada para superar la fuerza de invasión aliada cuando llegue.
Poner las divisiones móviles en combate con suficiente fuerza y en el momento y lugar adecuados será la piedra angular de su defensa. De hecho, el empleo adecuado de estas divisiones hará la diferencia entre la victoria y la derrota. Por lo tanto, determinar la disposición específica de mando y control para las fuerzas móviles es la decisión más vital que enfrenta el liderazgo alemán en este punto crítico de la guerra.
MURO ATLÁNTICO
Después de salir de Túnez en marzo de 1943 (dos meses antes de la derrota final del Eje en el norte de África) y de realizar breves misiones en Grecia e Italia, en noviembre recibió de Hitler la misión de servir como inspector de la Muralla Atlántica, las fortificaciones defensivas de Alemania en la costa occidental de Europa que se están construyendo desde agosto de 1942. Desafortunadamente, sus viajes iniciales de inspección revelaron una falta de preparación y lapsos en la planificación y coordinación defensiva, bajas prioridades en recursos y tropas, y escasez de material de fortificación.
Cándidamente informó de estas flagrantes debilidades a Hitler y al alto mando alemán, Oberkommando des Wehrmacht (OKW), junto con sus recomendaciones para abordar los problemas. Hitler no sólo aprobó sus recomendaciones, sino que también lo puso a cargo de implementarlas como comandante del Grupo B del Ejército, responsable de la defensa de la Muralla Atlántica.
El Grupo B del Ejército está formado por los ejércitos 7º y 15º, junto con las fuerzas alemanas ubicadas en los Países Bajos, y está subordinado al Oberbefehlshaber West (OB West) del Mariscal de Campo Gerd von Rundstedt, que controla el cuartel general de todas las fuerzas militares alemanas en el Frente Occidental.
Juntos, los ejércitos 7º y 15º tienen 24 divisiones de infantería y cinco divisiones de campo de la Luftwaffe (unidades de combate terrestre de infantería) organizadas en ocho cuerpos. Sin embargo, la mayoría…
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