¿Qué haces? (Continuación)

Continuación de ¿Qué haces?



Le abro la puerta, imagino que viene a asegurarse que estoy bien, igual quiere vigilar la casa por la noche. Mi marido está a punto de llegar del trabajo así que estoy más o menos tranquila.



Te sientas en el sillón para hacer tiempo mientras sube los 3 pisos. Pasa el rato y no llama a la puerta, te empiezas a intranquilizar y pasados cinco minutos...

Le llamo al móvil, no contesta pero yo insisto. Mi marido tampoco llega y también lo llamo. Ninguno me coge le teléfono. Empiezo a asustarme bastante. Voy a buscar el bate de béisbol de Alberto y salgo al patio a ver que sucede. No se oye ni se ve nada, bajo hasta la calle, no hay ni un alma. Vuelvo a llamar a los dos al móvil y en el porche de la tienda al lado del portal suena una musiquita

Te acercas al porche muy despacio, levantando el bate por si a caso. Esa música la has oído antes. "Es el móvil de García" recuerdas como sonó en su despacho, además no es el típico tono de Nokia con lo que el recuerdo es bastante nítido. Doblas la esquina del porche y no ves nada, miras hacia abajo y tirada encuentras la gabardina de García. La registras y encuentras el móvil con el aviso de dos llamadas perdidas y un sobre cerrado totalmente en blanco.

La lluvia te molesta, recoges la gabardina y cuando te dispones a subir a casa un coche frena bruscamente delante tuyo. De el sale un tipo enorme que te empuja, te hace caer de espaladas, y sueltas la gabardina, el hombre se dirige hacia ti. Te encuentras en el suelo, muerta de miedo y con un tipo de dos metros de altura andando hacia ti.

Agarro el bate con todas mis fuerzas. El tipo intenta agarrarme, me tiemblan las manos, pero consigo darle un golpe certero en las rodillas que le hace caer al suelo y me da el tiempo suficiente para huir con el sobre y el móvil de García. Salgo corriendo como nunca y me dirijo al bar del final de la calle, siempre hay mucha gente, allí llamare a la comisaría, contaré lo sucedido y esperare a que alguien venga a buscarme mientras averiguo que contiene el sobre.

Como te temías el bar está lleno, una sensación de seguridad te invade, no lo sentías desde hace un tiempo. Llamas a la comisaría y te dicen que en media hora máximo, te irá a buscar una patrulla. Te sientas en una mesa al lado de la ventana, es la única libre. Abres el sobre, no te puedes creer lo que ves, es un cheque por seiscientos mil euros al portador, y una carta escrita en ruso, crees.

Aún sigues mirando el cheque atónita cuando de repente ves pasar al tipo enorme por la ventana, parece que no te ha visto pero justo cuando piensas que va a pasar de largo entra en el bar. Tú rápidamente te escondes de su línea de visión. Tras otear por encima se marcha, por el portazo que da, bastante enfado. "¿Qué buscaría, a mi, el dinero, qué?"

Pasados 10 minutos un coche aparca justo delante de la ventana. El copiloto saca una sirena y la pone en el techo. Salen dos tipos del coche, se apoyan en él y se quedan esperando.

Una sensación horrible recorre todo mi cuerpo, los dos tipos de la calle no me inspiran ninguna confianza,

"¿porque ponen la sirena ahora? ¿porque no ha venido una patrulla normal a buscarme?".

Todo se esto es muy raro, muy complicado para mí, tengo muchas preguntas sin resolver y mi mente está bloqueada "¿que pone en la carta? ¿de quien es ese dinero? ¿porque lo tenía García y dónde está ahora? ¿y mi marido?". Necesito salir de aquí, buscar a mi amiga Carolina, quizá su madre, abogada retirada, pueda darme consejo y me ayude a traducir la carta.

En el fondo del bar un grupo de gente está montando jaleo y se dirigen a la salida, me mezclare entre ellos e intentaré salir sin ser vista.

Sales del bar, notas como uno de los tipos del coche te sigue con la mirada pero no hace nada más, giras la esquina y vas andando calle arriba. Pones rumbo a casa de Carolina, tardas unos veinte minutos en llegar. Llamas a la puerta pero nadie responde, la llamas por teléfono, no contesta. Decides volver a tu casa a ver si tu marido ha vuelto. Por el camino tu mente no se ha despejado y sigues con muchas dudas. Tu teléfono móvil suena es el 091. Respondes. Un voz femenina al otro lado dice: "Señorita, la patrulla ha llegado pero no saben como es usted, ¿si quiere salir del bar?, la están esperando fuera".

"Mierda", piensas.

"Tuve que huir del bar, alguien me seguía" le contesto.
"Quiero que venga a buscarme García" y sin dar más explicaciones cuelgo el teléfono...

Abres la puerta de la calle, subes en el ascensor, miras la puerta de tu casa, la cerradura está forzada y escuchas voces muy bajas en el interior.

Mi cuerpo se paraliza, pero tengo que saber quien está en mi casa, una de las voces no me es desconocida.

Entras, despacio, no te fías, las voces siguen oyéndose muy lejos, te das cuenta de que es una discusión de los vecinos del cuarto piso, suelen hacerlo, además suele terminar con gritos de ella, crees que el marido le maltrata. Llegas a tu habitación todo está patas arriba, todos los cajones tirados por el suelo, los armarios abiertos. "¿Qué estáis buscando?", piensas, y tus ojos van directos a la carta. "¿Qué es lo que no puedo tener en mis manos?". La intriga te hace que no puedas pensar. Por cierto: "Y ¿Alberto?, tendría que estar en casa ya". Vuelve a llamar a su móvil. Mismo mensaje. "El móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura".

A los tres segundos de colgar, suena tu teléfono, en la pantalla de tu móvil ves: "Alberto Móvil". Descuelgas: "Pero ¿dónde estás?" le gritas. Una voz como de una máquina te dice: "Señorita, esto es muy sencillo, dentro de dos horas en el descampado del barrio de Atrás. Si vemos policía, su marido muere, si tarda más de diez minutos, su marido muere, si vemos cualquier cosa extraña, su marido muere. Traiga, la carta y el dinero". La máquina cuelga.







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