La catarsis de la música
La elección del tipo de música tiene mucho que ver con el estado de ánimo del momento. Es relativamente frecuente en una etapa de desamor, sentir una tristeza interior que conecta con la cadencia nostálgica de letras que cantan a los sentimientos, la añoranza, el pesar por la ausencia del ser amado y una historia terminada. Escuchar canciones tristes en el desamor no solo es un indicativo de la tendencia a conectar con este tipo de melodías en este momento, sino que además, es la intensidad con la que el protagonista se identifica con una canción la que le lleva a escucharla de un modo obsesivo hasta saberla de memoria. Hasta sentir que esa canción está escrita para él.
Escuchar canciones tristes en el desamor no tiene por qué producir un efecto negativo en el ánimo, ya que esta melodía también puede producir un efecto de catarsis, es decir, un desahogo afectivo cuando el oyente se siente totalmente aliviado por las palabras que escucha. Palabras que tienen el tono desgarrado de su propio corazón. Las canciones de Alejandro Sanz, Sergio Dalma y Pablo Alborán son universales en el corazón de románticos que han curado desamores al compás de las letras de otros artistas.
Sin embargo, aunque escuchar canciones tristes en un desamor no tiene un efecto negativo sobre el ánimo, sí puede tenerlo cuando el protagonista se encierra únicamente en este tipo de banda sonora. Es decir, es positivo utilizar la música como un estímulo para generar un estado de ánimo determinado. Y cuando una persona sufre la tristeza del desamor necesita conectar con la sintonía de la alegría a través de ritmos propios.
Escuchamos canciones tristes en el desamor porque en un momento en el que las heridas duelen tanto y el afectado puede llegar a sentir que no hay nada que calme ese dolor interno, la música no hace que el dolor desaparezca, pero sí logra que se sienta de un modo más moderado. ¿Por qué motivo? Porque la música ofrece un consuelo, fortalece la autoestima, eleva la resiliencia y aporta una nueva perspectiva de la situación presente. La música es una forma de expresión y de comunicación. Y lo que de verdad necesita una persona que está pasando por un desamor es hablar de aquello que le ocurre. Y la música puede generar un diálogo interior que es el punto de partida hacia reflexiones más personales. La música como hilo conductor de la introspección.
Algunos cantantes consiguen encontrar el positivo equilibrio de hablar sobre el amor y el desamor pero siempre en un tono de optimismo que deja la puerta abierta de la esperanza hacia la felicidad. Manuel Carrasco es uno de esos autores que no confunde el desamor con la melancolía y el victimismo. Y si estás pasando por una etapa de tristeza, haz tuyo el himno del optimismo que canta Manuel Carrasco en “No dejes de soñar”.
Artículos relacionados:
Álex Ubago presenta el Disco Canciones Impuntuales