Espera, por favor. No te vayas.
No aún. Quédate un momento.
Sé que tienes que irte.
Sé que la despedida viene.
Sé que te perderé en cualquier momento.
Pero si está en tus manos,
por favor, alarga un poco más nuestro último encuentro.
Debería ser fuerte.
Debería ayudarte a sobrellevarlo.
Pero no puedo. Soy yo quien necesita ser ayudado.
No me imagino sin ti.
Todo el tiempo que esperábamos esto
debió haber sido suficiente para prepararme,
pero no fue suficiente.
No sé qué será de mí en unas horas,
cuando te vayas, cuando desaparezcas.
Cuando me obliguen a olvidarte,
cuando tenga que seguir con mi vida.
No sé qué haré, no sé qué seré.
Sin ti no me imagino.
Disculpa si lo que hago es empeorar tu salida.
Discúlpame si estabas lista para dejarme,
pero, por favor, alarga un poco más este encuentro,
alarga un poco más nuestro último recuerdo.
Cada segundo a tu lado cambió mi vida.
Por eso sé que un segundo más contigo,
un segundo más que huela tu perfume,
tu cuerpo, o tu cabello;
un segundo donde sienta otra vez tus manos,
tu cabeza, tus delicadas caderas;
un segundo más que pueda perderme en tu sonrisa,
un segundo donde pueda oír tu risa,
tan solo otro segundo donde puedas decirme que me amas,
otro segundo que desnudes mi alma,
que me hagas soñar como un niño, simplemente otro segundo en el que estés presente,
puede hacer toda la diferencia.
Puede hacer la diferencia que hiciste en mi vida.
Sacándome de la rutina,
para mostrarme lo bonito de esta vida.
No logro aceptar que no hay opciones.
Me cuesta ser valiente, cerrar los ojos y soltarte de repente.
Ayúdame a entenderlo. Ayúdame a creerlo.
O simplemente no hagas nada.
Solo quédate un momento.
Por favor, solo aguanta otro momento.
Lírica Anon.