Personalidades inducidas



Personalidades inducidas

Fuerte aventura con cólera y lienzo,

Con pincel en la mano y goma en el pelo.

Susurra en el silencio un trovador abrumado,

Sin copa y con recelo, un tanto amargado.

Expuesto ante el mundo como un mísero extracto,

En un escaparate frío, sucio y desolado.

Su cuerpo en movimiento recorre los parajes

Mientras su alma despojada de su dignidad se esconde.

Con el paso del tiempo su mente no mejora,

Se mira en el espejo y abatido se demora.

Su sentido le miente tras el reflejo de su vientre,

 Oculta la mirada y brota de él un sucio aguardiente.

Su ponzoñosa imagen vaga por las vías de la estación,

Marcada por el duro acero de los susurros del viento.

Sin lugar habitable, ni recompensa, ni pasión,

Empuja la afilada astilla hasta que no siente dolor.

 Es la sociedad una enfermedad corrupta,

 Cada paso marca un camino hacia la desdicha,

Y si la corriente del norte no avisa,

Se desbarata tu sendero, arruinándote la comida.

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