Pepe Godoy: "Contar que fui abusado fue muy liberador, solté el nudo que tenía en la garganta durante 36 años"

Quien conoce a Pepe Godoy (Basauri, 1972) sabe que es una persona para tener cerca, de esos amigos y familiares que contagian su buena energía. Además de accesible y simpático, Pepe es un superviviente, pues fue víctima de abusos sexuales por parte de su entrenador de fútbol desde los 8 hasta los 11 años. En diciembre de 2018, y con su caso ya prescrito, decidió contar públicamente lo ocurrido y denunciar los hechos a través de un vídeo que se extendió rápidamente. En abril de 2019 participó en el documental "Hiru buruko munstroa" de Geuria, documental que se divide en tres partes y donde Pepe cuenta su experiencia. Hoy sigue dando voz a esta pandemia silenciosa por iniciativa propia. Ya no se calla más.

¿En qué momento y por qué decidiste contar que fuiste víctima de abusos sexuales siendo menor?

Porque veía que mi agresor trataba con un crio en el barrio y por los movimientos sabía perfectamente que estaba siendo abusado. Entonces pensé que si lo contaba toda mi vida se iba a ir al garete, pero no pude callarme. Me dolía saber la vida que les esperaba a esos niños. Vi un programa de Jordi Évole sobre James Rhodes y Gloria Viseras, también abusados, que me removió. Esa noche no pegué ojo y al día siguiente por la mañana reventé y se lo conté a mi mujer. Fue muy liberador, solté el nudo que tenía en la garganta durante 36 años. Luego vinieron otras cosas que no han sido nada fáciles y me han dolido mucho.


Pepe Godoy

¿Cómo reaccionaron tu familia y tus amigos ante la noticia?

Primero se lo conté a tres de mis amigos. Mi familia se enteró mucho más tarde. La Ertzaintza me recomendó que hablara con mis hermanos –algunos de ellos también abusados por el mismo agresor– fue muy liberador y me lo agradecen. Si alguien les hubiese avisado a mis padres de lo que pasó, mi padre hubiese ido a por él de cabeza. Nadie esperaba nada. Fue un drama.

¿Fue tu mujer la que denunció al entrenador y pidió ayuda psicológica?

Sí, primero le denunció mi mujer en la Comisaría de la Ertzaintza de Deusto porque mi agresor tenía contactos en la Ertzaintza con cargos importantes y el mejor abogado penalista de Euskadi. Ella fue quien empezó a mover todos los hilos. Yo en un primer momento no quise saber nada, después accedí a prestar mi testimonio. Pero antes de que yo denunciara públicamente a mi agresor este ya tenía un abogado, ya había cambiado su número de móvil... él estaba informado de que mi mujer había puesto una denuncia. Cuando la Ertzaintza fue a su casa ya no tenía pruebas. Mi mujer buscó asociaciones por internet y fui a Garaitza. Creo que debería haber algo público como esta asociación, especializado en agresiones sexuales tanto para menores como para adultos.

¿Cuánto tiempo fuiste a terapia?

Me chupé dos años de terapia sin decir ni mu a nadie y, casi al final, en el último taller de secuelas, fue cuando les conté a mis amigos lo que pasó. El primer año no quise participar en la manifestación del 19N y en el segundo me involucré haciendo carteles y dando ideas.

¿Nadie en el pueblo sabía lo que pasaba?

Claro que se sabía. En las lonjas de fiestas había unos reservados donde se ponían asientos y la gente de la cuadrilla se metía ahí dentro. Él siempre estaba con niños. Afortunadamente yo rompí muy pronto con mi agresor, con 16-17 años, y desde entonces no le saludo.

El año pasado hubo varias concentraciones en repulsa a los abusos a menores en Basauri, ¿te has sentido arropado por tu pueblo?

Sí, me sentí arropado y comprendido. Nadie me ha dicho nada malo. No pude acudir a la primera concentración –trabajaba– pero sé que la plaza estuvo llena. La segunda fue increíble, nunca había visto tanta gente en una manifestación desde el asesinato de Miguel Ángel Blanco. Me he sentido arropado porque todo el mundo ha rechazado al agresor pero no todo el mundo se ha atrevido con los encubridores.

¿Que la escuela de fútbol Baskonia no apartara al entrenador y siguiera tratando con niños y chavales no es un disparate?

Es vergonzoso. La escuela lo ha hecho fatal, se lo ha tomado como una pelea personal. Ellos sabían lo que pasaba y han sido encubridores. No hay nadie en Basauri que no tenga un amigo, un primo o un conocido que no haya oído hablar de esto. Todo el mundo sabía quién era. Gente con deber de actuar que no haya hecho nada... ertzainas, policía municipal... que han sido delegados de los equipos que él entrenaba y no vieron nada cuando esto era vox populi... eso me repatea. No hay hijo de vecino que no lo supiera. Y Baskonia sigue recibiendo subvenciones. Cambiaron de nombre para limpiar su imagen pero nunca hicieron autocrítica ni se preocuparon de investigar si había más víctimas. No puedo estar contento ni de acuerdo.

Meses después de escuchar tu comunicado, un menor de 12 años decidió denunciar al mismo entrenador que abusó de ti. Este señor fue detenido y puesto en libertad con cargos al día siguiente, ¿cómo recibiste la noticia?

Fue como un jarro de agua fría, pero con el abogado que tiene me lo esperaba. Pienso que no será castigado. Ojalá me equivoque.

En esa denuncia el Ayuntamiento de Basauri se presentó como acusación popular...

Sí, se lo pedimos nosotros. A mí me informó el ertzaina que llevaba el caso. Tanto la plataforma como mi mujer y yo pedimos al Ayuntamiento que retirase las subvenciones a la escuela y no se hizo.

Save the Children estima que un 85% de los abusadores son familiares o personas del entorno cercano del niño.

Es así, la gran mayoría de los abusos se dan en la familia y como no tengas medios para sobrevivir, un buen trabajo o un buen apoyo, estás tirado. Un niño abusado por un familiar no tiene el apoyo de nadie. Tiene que ser durísimo. Encima la familia rompe contigo. ¿Lo cuentas y te vas debajo de un puente? Las instituciones tienen que tomar medias. No pueden pedir que denunciemos y después nos veamos solos. Hay que seguir viviendo.

Según el diario Público, en 2017 se registraron más de 3000 denuncias por abuso o agresión a menores de 17 años en nuestro país. ¿Por qué motivo solo se denuncian un 15% de los casos?

Porque está estimado que a juicio solo llegan 3 de cada 10 casos en el Estado y 1 de cada 10 en Euskadi. ¿Qué ejemplo estamos dando fuera? Y encima tienes que disponer de medios económicos y pagar a un abogado. ¿Quién se va a meter en esa lucha si no dan facilidades? Solo se denuncia un 15% por lo lenta, lo inefectiva y lo costosa que es la justicia. Conozco a muy poca gente que haya denunciado.

Al parecer, los delitos sexuales a menores no prescribirán hasta que la víctima cumpla 30 años, ¿qué te parece el anteproyecto de la Ley Rhodes? ¿Sigue siendo insuficiente?

Totalmente, es insuficiente. La obligación de denunciar al agresor si es visto ya estaba en una ley de 2015. Según la gravedad son 5, 10 o 15 años de cárcel. Los abusos no deberían prescribir, los testimonios deberían tenerse muy en cuenta y la policía debería investigar más. Estoy convencido de que en la escuela de fútbol Baskonia y en los colegios Gaztelueta, Maristas y Salesianos los pederastas siguen trabajando con niños y, probablemente, pueda haber más víctimas.

Muerto por dentro es la canción que has escrito para la banda vizcaína Sin Más, ¿ha sido tu forma de gritar y decir basta?

A mí me encanta porque es como se siente una víctima. Es algo que escribí cuando estaba en terapia, trataba de reflejar mis emociones. El videoclip y la canción son brutales. Muerto por dentro es muy dura pero es una realidad.

El pasado 19 de noviembre, y con motivo del Día Mundial contra el abuso infantil, se estrenó Yo no me callo más, una canción en la que participas.

Sí, la sacamos días antes del 19 de noviembre. En ella cantan Itziar Ituño y Francis Díez de Doctor Deseo junto con Mikel Moreno, que cambió mi letra y le puso la música, es un artista. Además participan Adela González, Iñaki López, Úrsula Corberó, Asier Etxeandia, Montxo Armendariz, Dani Álvarez, Roy Galán, Jon Villapún... actores, escritores, periodistas y cantantes que han colaborado en esta bonita iniciativa con el hashtag Yo no me callo más.


Godoy participa en la iniciativa Yo no me callo más

¿Colaboras en alguna asociación?

No, somos un grupo de amigos y lo hacemos por iniciativa propia. Creemos que es importante darle voz a esta problemática. Sobre esto se tiene que hablar porque si a un niño le pasa se lo puede contar a sus padres.

Tu testimonio ha sido fundamental para que muchos menores se animen y denuncien a su abusador, ¿no crees?

Yo no fui el impulsor, a mí me animó aquel programa que vi. Pero sí es cierto que un testimonio arrastra a otras personas y salieron más casos. Mucha gente que ha sufrido abusos se ha puesto en contacto conmigo, cosa que agradezco porque compartir nuestras experiencias es sanador.

Vídeos

Muerto por dentro

#Yonomecallomás

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