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D. PEDRO ROMERO MENDOZA
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De las letras fue amante y prisionero,
un lector contumaz, impenitente,
bebedor de las aguas de la fuente
de Dante, de Cervantes o de Homero.
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De la mar del saber, su marinero,
Quijote, soñador sobresaliente,
de la vida y el arte su escribiente
y del tren de las musas su viajero.
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Encerrado en la cárcel de sí mismo,
a la grupa viajó del pesimismo;
por más que fuera siempre muy querido.
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No hizo nada por ser más conocido,
su timidez, aún pasa su factura:
¡Justo valor de la literatura!...
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JJRME (Terly)